Moal tiene una capilla bajo la advocación de San Juliano que se encuentra en el cruce de la calle principal y la que va a la plaza pública. Se construyó en el año 1971 para sustituir a la que hasta entonces había junto a casa Francos y que por sus reducidas dimensiones parecía más bien para uso familiar.
En el año 1907 Moal dejó de pertenecer a la parroquia de Vega de Rengos para pasar a la de Oballo. Se desconocen las circunstancias de dicho cambio, pero ante tal hecho todo apunta a que en los años siguientes se quiso constituir en parroquia independiente, que por población y ubicación le correspondía, y para tal fin el pueblo construyó un cementerio en el cortinal de la Veiga, en el lugar hoy ocupado por el horreo de Reguilón, pero al parecer se encontró con el rechazo del Obispado para llevar la iniciativa a buen puerto. Ante la negativa, en la década de 1920 Moal volvió a depender de la parroquia de Vega.
En el año 1907 Moal dejó de pertenecer a la parroquia de Vega de Rengos para pasar a la de Oballo. Se desconocen las circunstancias de dicho cambio, pero ante tal hecho todo apunta a que en los años siguientes se quiso constituir en parroquia independiente, que por población y ubicación le correspondía, y para tal fin el pueblo construyó un cementerio en el cortinal de la Veiga, en el lugar hoy ocupado por el horreo de Reguilón, pero al parecer se encontró con el rechazo del Obispado para llevar la iniciativa a buen puerto. Ante la negativa, en la década de 1920 Moal volvió a depender de la parroquia de Vega.
La actual capilla guarda en su interior una figura de San Juliano datada entre los siglos XII y XIII, así como un Salvador y un Santo Apostol fechadas ámbas en el siglo XII. Aparte de la imaginería descrita la capilla carece de valor arquitectónico.
Moal si dispone, sin embargo, de un gran conjunto de horreos y paneras, que en su mayoría sobrepasan el siglo de antigüedad. Actualmente tienen horreo las casas del Ferreiro, Pasarón, Reguilón, Roque, Alonso, Mateo, Casín y Moreno. Por lo que respecta a las paneras hay en las casas de Roque, Mingo, Campo, Nacio, Pepe Mingo, Cadenas, Silvestre y Pinche. Hay que señalar que en la década de 1970-80 fueron tirados o vendidos los horreos de Abel, Francos y Casín, así como la panera de Xuaquín.
Las casas han sufrido en su gran mayoría una gran transformación en el último tercio del siglo XX, encontrándonos actualmente con edificios de porte moderno y buena presencia y con pocos ejemplos de edificios anteriores a la citada fecha. Es de destacar la casa de Francos, en forma de ele invertida (¬) con corredor y un gran patio de entrada, que fue en los primeros años del siglo XX la más pudiente de Moal y pueblos limítrofes y que poseía un escudo que al ser reconstruida no se colocó en su sitio. La casa de Roque, que a pesar de la restauración que sufrió recientemente, sigue conservando valores arquitectónicos anteriores; y por último las casas viejas de Mingo, Campo, Alonso, Mateo y Cadenas en las que se puede apreciar el porche y la solana. La casa de Mingo, tiene además por encima de la cal unas pinturas decorativas, hechas hace más de 70 años por un hermano de mi abuelo, retornado de América, que se conservan casi como el primer día.
Todas las casas antiguas tienen un gran soportal o porche en el centro del inmueble, que sirve para guarecerse de las inclemencias del tiempo y para que el ganado, especialmente vacuno, pueda acceder a la cuadra sin dificultad. Encima del porche se situaba el corredor o solana, es decir la parte más soleada de la casa y que por lo general era usada por las mujeres para hacer ciertas labores domésticas: coser, tejer, hilar, o en determinadas fechas para otros menesteres como la esfoyaza.
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