viernes, 2 de diciembre de 2011

Pepe y la loba

La anécdota que voy a contar ocurrió en Madrid, en donde me encontraba para realizar un cursillo de varios días de duración, allá por el año 1988. El día de mi llegada, junto con otros dos compañeros de empresa, decidimos dar una vuelta por el Madrid más castizo: Puerta del Sol, Plaza Mayor, Plaza de la Villa, Plaza de Oriente, etc., para ver el ambiente, tomar unas cervezas y comer alguna tapa. La calle Arenal estaba por aquel tiempo abierta al tráfico de vehículos, que debían circular en sentido Puerta del Sol a Teatro Real. Fue en esa calle cuando en un determinado momento, y como la circulación estaba interrumpida, decidimos cruzarla por un lugar no habilitado como paso de peatones. Nada más poner el pie en la calzada escuchamos el bocinazo de un coche. Miramos para el vehículo y comprobamos que se trataba de un taxi, pero como no observamos nada extraño proseguimos nuestra marcha pensando que tal vez el pitido no tendría que ver con nosotros o si acaso solamente con nuestro aldeanismo por cruzar por donde no debíamos. Nada mas reiniciar nuestro caminar, un nuevo pitido nos volvió a poner en alerta. Giré de nuevo la cabeza y en ese momento me percaté que había ido a pasar por delante del único vecino de Moal que tenía un taxi en Madrid. Se trataba de Pepe de Casín. Me acerqué hasta la ventanilla y tras saludarle brevemente, pues estaba haciendo una carrera, quedamos en vernos un rato mas tarde en un bar próximo a su domicilio, en el que pasamos juntos la tarde reviviendo estampas y andanzas de Moal.

Pepe (1º por la izq.) con otros mozos de Moal
Pasados unos años Pepe se jubiló y aunque vivía en Madrid con su mujer e hijas, en cuanto tenía ocasión se escapaba para Moal donde decía ser el hombre más feliz del mundo. Muchas veces rememoramos juntos aquel encuentro casual en la mayor ciudad de España.

Hace unos días, Susana, la hija pequeña de Pepe, me envió por correo electrónico una foto en la que aparece su padre con una loba a la que él mismo había dado muerte. Me dice Susana que su padre les contaba en casa, que la había bajado con su coche a Cangas para exhibirla por las calles de la villa, en las que causó una gran expectación, pues era todo un éxito por aquellos años cazar un lobo y mucho más si era hembra. Yo me imagino, por las personas que salen en la foto y por el año en que más o menos se produjeron los hechos, que la loba de esta fotografía es la misma que pudimos apreciar en esta entrada anterior.

Pepe sentado en el coche
Susana me dice que su padre tenía mucha ilusión en enviarme la foto para que la publicase, pero que se le traspapeló y cuando de nuevo la volvieron a encontrar, ya le había sorprendido la muerte. Por eso, me dice, le gustaría que aunque su padre ya no la pueda ver en el blog, la publique para honrar su memoria, hecho que hago con mucho gusto y que espero haber cumplido con esta entrada.


3 comentarios:

Mª PILI dijo...

Desde lo mas profundo de mi corazón te agradezco las palabras tan cercanas, cariñosas y entrañables con las que has honrado la memoria de mi padre, has conseguido emocionarnos tanto a mi madre como a mí y estamos seguras, que desde donde él este se sentira muy orgulloso y agradecido por ello.
Gracias y un abrazo.
Pepita y Mª Pili.

Anónimo dijo...

Jose, ¿que te voy a decir? como hablamos en otras ocasiones, mi padre sentía un cariño por ti y tu por el que has demostrado a través de las palabras tan bonitas que le has dedicado. Has dado a conocer a la gente como era mi padre, transparente, amigo de sus amigos allá donde se encontrara. yo esta Navidad ya no quiero regalos pues tu me has dado el mejor regalo por adelantado, haciendo realidad uno de los últimos deberes que le que le quedaron a mi padre sin terminar, y se pudo llevar a cabo gracias a ti. Me siento muy feliz y emocionada a la vez, he tenido un padre maravilloso con una única pega que no heredó los genes de su madre y no pudimos disfrutar de el tanto como lo hicimos de mi abuela. Me siento muy orgullosa de poder contar con amigos como tu. Muchísimas gracias por todo, un abrazo muy pero que muy fuerte para vosotros. os queremos. SUSANA

Jose de Mingo dijo...

Muchas gracias Pepita, Mª Pili y Susana por vuestra elogiosas palabras. Una de las grandes virtudes del ser humano es que podemos relacionarnos con infinidad de personas, pero con el transcurrir de los años en nuestro cerebro solamente quedan registradas aquéllas con las que hemos llegado a tener un trato cordial y directo y nuestra comunicación llegó a ser abundante y fluida. Una de las personas con las que llegué a empatizar fue vuestro padre: abierto,leal, comunicativo, amigo de hacer favores, alegre,franco,...por eso no me extraña que os sintáis orgullosas de haberlo tenido como marido y padre. Un beso

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