El invierno ha llegado a los hogares del norte de España y como no podía ser menos, también a los de nuestra comarca. El otoño nos ha dejado unas agradables temperaturas durante el mes de octubre y una gran parte de noviembre, pero en los últimos días se han hecho sentir los rigores de la estación que estrenaremos dentro de poco.
Llevamos varias jornadas en que la nieve ha hecho acto de presencia y con ella el frío y los problemas de circulación, que se acentúan en las pistas y carreteras de los pueblos de montaña.
El sanmartino todavía no llegó a la gran mayoría de las casas, pero en los pueblos no hay problemas de alimentación, porque en los hórreos y cocinas viejas todavía quedan restos de la matanza del año pasado y los arcones conservan todos los productos de primera necesidad, para el hipotético caso de que la incomunicación, como antaño, dure más tiempo del previsto. ¡Qué diferencia de tiempos, cuando solamente se podía salar!
Todos conocemos la fábula de la cigarra y la hormiga, que nos narra cómo la cigarra tiene que ir a pedirle ayuda a la hormiga porque mientras una pasa el verano trabajando y haciendo acopio de provisiones la otra se lo pasa cantando y jugando. Pues bien, los paisanos y paisanas de nuestros pueblos también hicieron durante los últimos meses el mismo trabajo que la hormiga: cortaron la madera en el monte, la acarrearon hasta casa, la partieron con la motosierra, posteriormente la trocearon con el hacha y por último la apilaron a salvo del mal tiempo. Ahora, cuando el frío se hace sentir en la calle, las cocinas y las calefacciones mantienen el ambiente agradable dentro de los hogares.
Dicen los meteorólogos que el mal tiempo seguirá presente durante los próximos días. Seguro que los más mañosos no perderán las horas y aprovecharán para hacer cestos, cayados, cucharas de madera y un sinfín de artilugios con diferentes utilidades para la vida diaria, además de atender las labores diarias y arreglar los desperfectos que siempre surgen en las casas. Por otro lado, las mujeres pondrán en práctica los diferentes cursos que realizaron durante el año, bien sea de flores secas, talla o repostería, ya que la costumbre de tejer en la cocina se va perdiendo. Así que ¡¡abrigaros, bajad a buscar más leña al corral y atizad bien el fuego para que no baje la temperatura!!.
3 comentarios:
Buen descanso a todos!
jose ya ves como nos cuidamos eh,lo unico que nos falta es un local para poder reuninos y hacer cosas,hechar la partida y hacer labores y tomar el cafetin, no se como tenemos que hacer, pero nos hace mucha falta,bueno pero de todas maneras lo pasamos bien.Un saludo.Telvi
Ya que inevitablemente llega el invierno y no me gusta la estación por el frio y porque las noches se tornan eternas, está bien que destaques como la gente se concentra en torno a la cocina para pasar los rigores del tiempo y es el momento de las manualidades: los hombres realizaban por lo menos antiguamente cucharas, tenedores, ponían mango a los cuchillos viejos, arreglaban cualquier banco o silla...y las mujeres sacaban las agujas y tejían o hacían ganchillo, todo ello sin olvidar la repostería y las castañas...por supuesto al calor de esa bendíta lumbre tan apreciada.
La leña apilada es un buen principio para remediar el frio, y eso lo saben muy bien las gentes de los pueblos de montaña y por ello preparan esos montones que recogen en el verano y que colocan con tanto esmero para que sirvan de protección a las paredes y no cierren el paso en los bajos de las casas.
Publicar un comentario