Familia Pepe Mingo de fiesta. Reunidos alrededor de la cesta donde llevaban la comida dispuestos a dar cumplida cuenta. La foto fue realizada sobre el año 1960
Foto familiar con motivo de la Comunión de Olivina
Aprovechando mis días de descanso en Moal, el domingo por la mañana hice una visita a mi madrina, que con sus 92 años se encuentra en perfecto estado de mente, aunque sus piernas se resienten un poco. Mi madrina es Oliva de Pepe Mingo y mi padrino era Baldomero, al que todos llamábamos Mero, y que nos dejó hace varios años. El nombre de la casa viene, como bien se puede suponer, de un nativo de casa Mingo llamado Pepe, que fue a casar a la casa que hoy habitan Oliva, con su hija Olivina y el marido de ésta Jesús, a los que los fines de semana y vacaciones visitan sus tres hijas, acompañadas de sus respectivas parejas e hijos. Hasta cuatro generaciones se reúnen frecuentemente para disfrutar de estar juntos en un gran ambiente. Por lo tanto, algún gen familiar todavía corre por nuestras venas.
Las cuatro generaciones de la casa, reunidas el Domingo de Pascua
Oliva es una mujer espontánea y de lenguaje robusto, que conserva el habla de la zona como pocas personas y que da gusto escucharla. En su "falar" fluyen las palabras que hace ya muchos años no oímos y que las nuevas generaciones tienen problemas para entender. El asturiano occidental está desapareciendo de Moal y hoy en día sólo 4 o 5 personas se expresan con cierta facilidad utilizando la "ch" vaqueira.
Oliva madre e hija en la cocina el día de Pascua
Mi padre me comentó varias veces que Mero y Oliva estaban encantados de ser mis padrinos y, a decir verdad, yo les estaré eternamente agradecido de que lo fuesen. Soy de los que puede presumir de haber tenido todos los años bolla, acompañada siempre de algún otro regalo, hasta que tuve que ir a realizar el servicio militar. Mis padrinos, existieran o no penurias, nunca se olvidaron de darme la bolla.
Baldomero -Mero Pepe Mingo- con una turista en los años 80.
Los últimos años, cuando por la Pascua visito la casa Pepe Mingo, siempre pruebo con gusto la bolla artesana que Olivina realiza y paso encantado un rato, disfrutando del trato familiar que siempre me dispensan.
4 comentarios:
La importancia de los padrinos, el cariño que se les coge, la ilusión con que se espera el día de Pascua sobre todo cuando se es niño, el orgullo de tenerlos y de serlo.
Todo esto se refleja en este cariñoso artículo, de homenaje a Oliva y tu recuerdo a la memoria de Mero(tus padrinos), del que haces partícipes al resto de la familia.
Extensible a todos los padrinos que en esta zona están tan presentes por estas fechas, como lo demuestra la actividad frenética de Cangas y de sus pastelerias por Pascua, cosa poco habitual por desgracia el resto del año.
Bienvenida, gracias por tu comentario. Como bien dices, los padrinos tenían un papel muy importante en la sociedad del occidente asturiano en la segunda mitad del siglo XX. Tanta que, entre sus misiones no solamente se encontraba la de ser unos "Reyes Magos" de Pascua, sino como posibles padres adoptivos del ahijado, en el caso de fallecimiento de los padres.
Etelvina dijo.... jose me gusto mucho este pequeño homenaje que haces a los padrinos, me sumo a el, mis padrinos eran Benigno del ferreiro y Telvina y siempre me dieron una bolla de las mejores,siempre los recordare con cariño.Un abrazo
Estoy con Jose en todo, en el cariño que se dispensan por ambas partes, en la suerte que tiene...y ha tenido siempre de tener esos padrinos y me uno a sus comentarios y a su gesto de dedicarles un artículo.
Aquí en La Rioja los padrinos pasan desapercibidos, ni bolla ni fiesta de Pascua, y lo que haceis en Asturias es muy bonito.
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