sábado, 22 de diciembre de 2007

Moal y Muniellos

La relación entre Moal y Muniellos ha sido algo inevitable durante el transcurso del tiempo, toda vez que la principal entrada al bosque y al único valle que existe en el mismo (Tablizas) se realiza necesariamente a través de Moal. Por eso, mi primera aportación va destinada a explicar un poco dicha relación, y para ello he tomado varias anotaciones que Juaco Lopez Alvarez, Cangués y director del Museo Etnográfico del Pueblo de Asturias en Gijón hace en el libro "La explotación de madera en el monte de Muniellos".

Ni que decir tiene que Muniellos es el mayor robledal de España y que pese a su caracter indomable, del cual se llegó a decir que nunca el ser humano lo había recorrido por completo, fue un bosque transitado y poseído, y la prueba reside en que cada pico, arroyo o braña que podemos encontrar en su interior tiene un nombre, es decir fue bautizado por el hombre.

Muniellos-Pico del Connio
Existen dos versiones sobre los primeros propietarios del monte: por un lado hay quien afirma que su primer dueño fue el Conde de Toreno, dueño y señor de todos los montes de la cuenca alta del Narcea, entre los que se incluían los de Muniellos y Moal, y quien apoya la tesis, para algunos más verosimil, de que el monte de Muniellos era propiedad de los vecinos de Moal en su uso y aprovechamiento, si bien a mediados del siglo XVIII al sufrir una gran revalorización la madera, debido al aumento considerable de su precio por la gran demanda de barcos que en ese momento había en España, los Condes de Toreno lo habían usurpado tras sufrir los vecinos numerosas presiones.

En el año 1.766 se iniciaron las obras para abrir la carretera real de Cangas a Muniellos, y en 1.768 comenzaron en Muniellos y montes colindantes las cortas de madera ordenadas por el Rey Fernando VI, con el fin de construir barcos y nutrir con élla al arsenal de El Ferrol.

La explotación de la madera no la realizaba directamente la Marina, sino que eran varios contratistas quienes gestionaban su acopio para los arsenales.

En el año 1.772 ante la apertura de la carretera de Cangas a Muniellos, lo que conllevó grandes movimientos de gentes y carros, el Conde de Toreno construyó una venta en la confluencia de los ríos Narcea y Muniellos que se denominó Venta de Puente Fondera o Venta Nueva, como se le conoce actualmente.

Una prueba de lo dificil que por aquella época era abrir caminos lo demuestra el hecho de que desde el principio de la cuesta de la Infiesta hasta el puente de Tablizas, cuya longitud es de 1.668 metros, se utilizaron 1.200 robles y hayas para su apertura.

En 1.775 varias personas de Moal ya trabajaban en Muniellos como carreteros, hecho que se demuestra porque realizaron una representación (huelga), quejándose del retraso de los jornales, pues durante los cinco años que duró el asiento de García Quiñones sólo habían recibido "unos doce pagamentos, poco más o menos", cuando el asentista se había comprometido a pagarles cada quince días. No obstante, los carreteros por aquellós años procedían en su mayoría de La Montaña (Cantabria), por dos razones fundamentales: la primera por la queja de los vecinos de Moal y pueblos limítrofes que estaban obligados a transportar la madera con sus carros y bueyes desde Muniellos hasta Cangas, pues aunque cobraban una pequeña cantidad de dinero, el trabajo se consideraba un "servicio al Rey" y por lo tanto era de obligado cumplimiento, lo que provocaba el descontento de los propietarios rentistas al ver como sus colonos desatendían las labores agrícolas. La segunda razón era debida a la inexperiencia de los lugareños en el transporte de piezas grandes y pesadas de madera.

En dicho año de 1.775, los vecinos de Moal también enviaron una denuncia contra el citado García Quiñones por la tala abusiva que había realizado durante su asiento, incluso de "árboles nuevos y pimpollos tiernos, que ahora derribados en la primavera de su juventud sólo sirven a compadecer la vista". Entre los años 1.772 y 73 en los montes de Reiduz y Vachina Chonga se cortaron 1.600 robles, de los que se sacaron 3.600 codos útiles.

Desde finales de siglo XIX y hasta los años treinta del siglo XX, la solución a los problemas de las comunicaciones se centraron en la construcción de un tranvia de vapor que enlazaba Muniellos con San Esteban de Pravia. En 1.894 se realizaron los trabajos de campo y de gabinete para su construcción y en el mes de octubre se presenta el proyecto al ministerio de Fomento, uniéndose los intereses de la propiedad del monte (Condes de Toreno) con la de los empresarios (Sociedad Minero-Forestal Ferroviaria). La concesión se obtiene el 22 de noviembre de 1.896 y en mayo de 1.897 se inicia su construcción, con una gran fiesta, en San Esteban de Pravia.

El 10 de mayo de 1.898 se suspendía la construcción del ferrocarril al dar quiebra la sociedad franco-belga que en esos momentos explotaba Muniellos.

El 25 de marzo de 1.902 la "Sociedad General de Explotaciones Forestales y Mineras Bosna-Asturiana" compra el monte de Muniellos y prosigue con la construcción del ferrocarril de vía estrecha entre Muniellos y Cornellana, al ser cedida la concesión de Cornellana a San Esteban de Pravia a la Sociedad Vasco Asturiana, que en 1.903 estaba concluyendo las obras del ferrocarril de Ujo a San Esteban.

Entre el año 1.901 y 02 la misma empresa Bosna-Asturiana compró los árboles de los terrenos bravos que le correspondían al Conde de Toreno en los términos de Moal.

La nueva empresa construyó en Tablizas entre 1.903-04 una fábrica de aserrar formada por tres naves, una cubierta de pizarra y las otras dos con cartón embreado. En la nave cubierta de losa había "un escritorio, una dinamo y demás maquinaria para la producción de luz eléctrica, las fraguas y las sierras circulares, alternativas, de cinta, horizontales, tronzadoras y las correspondientes máquinas de afilar". En la nave central estaba el depósito de maderas labradas y un almacén, y en la 3ª había un secadero "al que suministraba el vapor una Routir y otras máquinas instaladas en el tendejón". Además se construyó una magnífica casa de estilo alpino en la que vivían el director técnico y el representante de la sociedad en Cangas, y que actualmente sirve como centro de recepción de los visitantes que pretenden hacer las distintas rutas señalizadas que hay por el interior del monte.

Por aquella época, si bien continuaban trabajando los arrieros, la sociedad ya compró dos camiones de vapor que arrastraban tres remolques cada uno.

Un incendio en 1.908 destruyó la serrería en su totalidad y un número enorme de metros cúbicos de madera, no siendo capaz la sociedad de afrontar la construcción del tranvia de vapor, agravándose en años sucesivos los problemas económicos hasta el punto de tener que hipotecar el monte en garantía de varios prestamos. La sociedad se disolvió en 1.932, pasando todos sus bienes y derechos a manos de los hermanos Velasco Herrero.

Cacería en Muniellos con la familia Herrero (1933)
En 1.952 se constituyó en Madrid la empresa Muniellos S.A., en la que se integran los hermanos Velasco Herrero, que aportaban el monte, los hermanos Joaquín y Marcelino Rodríguez Suarez, Manuel Rodríguez Ramos y José Gómez del Collado. El capital social era de 28 millones de pesetas, que habían sido aportados mayoritariamente por Joaquín y Manuel, que se habían enriquecido en Cuba.

Gerentes con obreros en 1.949

En esta época se abren varias pistas y se utilizan camiones y carrocetas con motor de gasolina, con lo que el monte se explotará con más intensidad que nunca. La gran mayoría de los vecinos de Moal trabajan en Muniellos ganándose el jornal.

Muniellos S.A. construyó en Tablizas un aserradero con nueve máquinas y una central hidroeléctrica. En la sierra llegaron a trabajar en los primeros años entre 25 y 30 personas divididas en dos turnos de once horas cada uno. Las talas corrían a cargo de contratistas que traían leñadores vascos y santanderinos que cobraban por metro cúbico entregado en la sierra.
Durante muchos años la guardería del monte estuvo en manos de vecinos de Moal: Baragaño, Pasarón y Cadenas en una primera etapa y posteriormente Farruco.

Casín, Cadenas y Baragaño en 1950

Las talas fueron tan abusivas que en 1.964 el Patrimonio Forestal de Estado propuso un plan de repoblación para cambiar de especies, plantándose varias manchas de pino silvestre y gallego, que hoy en día todavía son visibles.

En 1.973 el ICONA compra el monte y termina su explotación forestal. Con la llegada de la democracia, la titularidad pasa a manos del Principado que lo mantiene en todo momento bajo alguna figura de protección legal.

En 1.982 Muniellos es declarado Reserva Biológica Nacional, y en el año 2002 la UNESCO lo declara Reserva Mundial de la Biosfera.

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