Los osos en Moal

   Llega la primavera, y con ella la actividad animal salvaje. En uno de los rincones más tranquilos y de escasa presencia humana de los montes de Moal, parece haber establecido su medio un precioso ejemplar de oso pardo. 

   En un enclave rocoso, salpicado de un mosaico formado por arboledas y matorral, el plantígrado se desenvuelve con gran agilidad, buscando alimento y explorando el territorio. 

Oso caminando por el roquedo.

   Sorprende la agilidad con la que trepa a un cerezo/zreizal y sentado en las ramas, acerca con sus patas delanteras los tiernos brotes del frutal.

oso subido en la zreizal.
   

   En estos últimos años, afortunadamente la población osera ha aumentado, alejando a la especie de su extinción. La llegada de la primavera y después con la maduración de los frutos ha sido y es frecuente verlos acercarse al pueblo, incluso algún ejemplar más osado y atrevido, a tumbarse en los jardines de las casas a pie de manzanos. Aunque es sabido que no es un animal peligroso, su tropiezo en caminos o fincas crea cierto "respeto", pues su reacción puede ser inesperada.
   Tampoco la ganadería ovina se libró de sufrir algunos ataques y el consecuente enfado de sus propietarios con la Administración Autonómica por el desacuerdo en los precios de mercado de la res. Algo muy demandado por el sector y tarea pendiente del Gobierno.
   Pese a ello, es un orgullo para los habitantes de Moal albergar en sus montes a esta especie y poder contribuir a su recuperación. Ejemplo de equilibrio y convivencia.

   Las fotos fueron realizadas por Alberto, al cual agradezco su cesión para poder mostraros a todos esta bonita escena.