lunes, 11 de abril de 2016

A las asociaciones y vecinos de Moal.

(Por David de Agustina)

Cuando tenía 9 años mis padres, haciendo sacrificios sobrehumanos, me enviaron a estudiar interno en el Monasterio de Corias. Nunca se lo agradeceré lo bastante, pero en aquellos tiempos, cada vez que tenía que dejar el pueblo, la pena se me metía tan hondo en el alma que desde el día anterior vivía sumido en la melancolía más profunda. Rara era la vez en la que al llegar al Trabanco no sentía que dejaba el mundo en el que quería vivir. Sigo sufriendo cada vez que emprendo un viaje, tal vez como trauma no superado de aquellos años. Solamente después de varios días encontraba el sosiego y, entonces, procuraba no volver al pueblo en mucho tiempo, simplemente para no tener que pasar el trago de volver a marcharme.

Por las noches, entre los fríos muros del Convento de Corias, me enterraba por completo bajo las sábanas y añoraba las jornadas en la Granda Espina, con las vacas, jugando con los de mi generación por entre los ganzales, las tardes de diciembre con mi abuelo al sol de la carretera, las mil historias que me sugería el mágico bosque enano de rebochos del Montecín, las noches de verano, sin televisión, con los vecinos sentados al fresco bajo el vuelo alocado de los murciélagos, las carreras y disfraces con las “chuecas” en el Carnaval…

Tengo una relación de dependencia enfermiza con mi pueblo que hace que esté siempre conmigo para lo bueno y para lo malo.Sufro por las pequeñas e insignificantes mezquindades que tantas veces envenenan la convivencia porque pocas hay que merezcan la pena. No me canso, ni en la alegría ni en la tristeza, de dejarme oprimir por sus recuerdos, de dejarme calmar por sus silencios.

Hay un algo en el barro rojo de la “Firvienza”, en las sabias castañales de la “Pumariega”, en el rico contraste de paisajes de la “Chalga”, en el blanco invierno de “Veiconde”, en las sonoras noches de un orgulloso río embravecido con la crecida, en el frío y húmedo silencio de los valles de Muniellos, en cada esquina de cada tierra, de cada prado, de cada “regueiro”, en las cansinas nieblas que bajan de las Lagunas, en esa forma de no querernos queriéndonos , que hace que cuando te recorro sienta que soy tuyo, esclavo de un hermoso y maligno embrujo.

Cómo no sentirse triste cuando al volver son cada vez más las ventanas con las persianas bajadas y menos los pequeños jugando en el camino. El monte quiere recobrar lo suyo y ya no quedan gentes para combatirlo.

Siempre quise luchar para contribuir a que Moal siguiera vivo. Creo que poco hice y muchas veces perdí la esperanza de que se pudiera hacer algo.

Hoy, llego a mi casa después de haber asistido a una nueva edición de la Carrera de Montaña de Moal. He visto a las mujeres de la asociación trabajar hasta la extenuación preparando todo tipo de comida y bebida. He visto a mi madre, creo que la más veterana, tomando medicación contra los dolores, que a duras penas le permiten hacer un bizcocho para la carrera, escapando en cuanto puede a echar una mano. He visto a unas jóvenes dejar la universidad un fin de semana para trabajar en el bar de la carrera, a una asociación deportiva trabajando sin descanso y eficientemente, a todo el mundo colaborando con una expresión de orgullo en sus rostros.

Vi a una generación nueva que lucha por su pueblo. Ellos os dirán que hacen estas actividades para esto y para lo otro. No os dejéis engañar. Todos, en el fondo, están enamorados de Moal. Gracias.
 
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Hace un año, con ocasión de la entrada que publiqué a raíz de la celebración de la IV carrera de montaña "Puerta de Muniellos", David de Baragaño me envió un correo dándome las gracias por el blog, animándome a que continuase publicando y, al mismo tiempo, me adjuntaba un escrito en el que reflejaba sus querencias por Moal, por su gente, su paisaje, sus vivencias, sus nostalgias,........ En aquel momento pensé que aunque pusiera la carta en los comentarios, la misma sería leída por todos los vecinos, pero pasado un tiempo me di cuenta que había errado en mis apreciaciones  y que la misma iba a quedar casi en el olvido.

Ahora, aprovechando la nueva edición de la carrera de montaña, dejo constancia en esta entrada de las hermosas palabras que David escribió a las asociaciones y vecinos de Moal, y al tiempo aprovecho para poner algunas imágenes de la prueba recientemente celebrada.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  
 
 
 

En próximos días espero ir publicando alguno de los videos que grabé durante los dos días en los que hubo competición. Desde aquí también quiero transmitir mi gratitud y reconocimiento para todas las personas del pueblo que con su trabajo, entusiasmo y tesón han conseguido que Moal y su carrera se hagan un hueco en la geografía asturiana y española. Muchas gracias por vuestro sacrificio y esmero.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que guapo Jose, No viera el escrito de David. Muy entrañable.Maricarmen.

Jose de Mingo dijo...

Esta entrada, además de en el blog la publiqué en Facebook, que actualmente es el lugar donde la gente deja sus opiniones. Como son numerosos los enlaces y comentarios que ha tenido, estos últimos los reflejo aquí para que puedan ser leídos por los que no están en dicha red social:

Javier Fernández: Qué guapo!!.

Ana Alvarez: David muy emotivo!! Me sentí identificada con muchas cosas que sentiste y que sientes!! Jose hiciste muy bien en publicarla?!.


Mar Garcia: Los que estamos lejos entendemos y compartimos ese mismo sentimiento, aunque la decisión de irnos no nos haya sido "impuesta". Viendo las imágenes de estos días y leyendo los distintos comentarios solo puedo decir que me siento orgullosa de Moal y su gente. Enhorabuena a tod"s!!!

María Luisa Cobo López: Que bonito Susi, seguro que tu sientes lo mismo. Un besito.
"Susi es Susana Marrón Aumente"

Mar García: Sentimiento y orgullo compartido. Enhorabuena a tod@s x la ilusion, las ganas y el trabajo q hace q cada año os sigais superando!!Espero algun día tener la oportunidad de compartirlo en vivo con todos vosotros.

Belén Fernández Lago: Esto lo escribió mi primo "David el de Agustina". Me transmite una gran emoción al leerlo y comparto la hondura de lo que expresa. "Nostalgia", o "dolor del pasado" es lo que siento las pocas veces que voy a Moal, de aquella infancia tan lejana, y a la vez alegría, de poder compartir esa unión de todo un pueblo, de "mi pueblo", con permiso de los que luchan por él día a día. Un privilegio.

Isabel Canella Muñíz: Forma parte de nuestras vidas y volver siempre es muy gratificante, nuestras raíces forman parte de nuestra vida. Muy bonito Belén!!

Joaquin Alvarez-buylla: Muy emotivo y profundo, espero algún día correr esa carrera, aunque solo sea para ver a las mujeres de Moal.

Carmen Álvarez Fernández: Muy emotivo David,te felicito por cómo transmites un sentimiento muy generalizado entre las gentes de Moal,unas nacidas aquí y otras adoptadas de corazón. Orgullosos nos sentimos los padres que tenemos los hijos estudiando o trabajando en Oviedo, Gijón, Aviles,Madrid,Castellón,Ciudad Real ,Ibiza,Londres... y que no olvidan nunca sus raíces y están deseando que llegue el fin de semana o tener unos días libres para poder regresar y disfrutar de momentos tan especiales como los vividos en la Carrera.

Isabel Diaz: Pero vaya guapa que estaba Agustina en esta foto!! David tus palabras emocionan, muy bonito.

Susana Marrón Aumente: Suscribo absolutamente todo lo escrito con tanta belleza por David. Yo también estoy enamorada de mi pueblo y me siento presa, con agrado, de su maravilloso embrujo. Enhorabuena por el éxito de la carrera y por la estupenda organización.

Silvia Lago: Muy bien David

Anónimo dijo...

Por cortesía os doy las mas sinceras gracias a todos y lo hago desde la humildad. Sin embargo, no voy a negar que me siento orgulloso y feliz pero solamente por el hecho de que os haya gustado y de que nos hayamos encontrado en los sentimientos. A los de Moal no hace falta decirles mucho porque se que me entienden. Me gustaría tener alguna información de Joaquin Alvarez Buylla porque los apellidos coinciden con los de un untiguo profesor mio que, entre otras cosas, me enseñó a valorar la palabra escrita. Gracias a Jose por su blog y le animo a que continue con él. Es como más intimo que Facebook etc y para muchos mas accesible. Sois todos muy amables.

Anónimo dijo...

Hola,

Qué bien escribe lo que siente. Tan bien que hace sentirlo al que lo lee. Sé bien eso de no querer volver para no tener que volver a irte.

Muchas gracias José por publicarlo aquí, ya que yo no sigo facebook.

Saludos, Jorge González

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