martes, 9 de noviembre de 2010

Una (mala) noche de furtiveo

El furtiveo fue durante siglos una de las prácticas más habituales entre los vecinos de los pueblos del suroccidente de Asturias, si bien la situación cambió drásticamente en los últimos años del siglo XX. Una economía de subsistencia en la que primaban los productos de la huerta y el cerdo, obligaron a muchos pobladores de estas tierras a echarse al monte para tratar de cazar corzos, jabalíes, osos,.... con los que poder variar la comida y al mismo tiempo no mermar los limitados ingresos familiares. Además, la escasa vigilancia que había, principalmente debido a la falta de medios, así como la exigua cuantía  de las penas, que generalmente terminaban con una multa irrisoria en el caso de ser sorprendidos cazando, animaban todavía más a los furtivos.
Cacería en Muniellos
Esta entrada pretende reflejar los temores de uno de esos cazadores que pasaban noches enteras detrás del animal, pensando que tal vez algún guarda estuviese tras sus pasos y que en cualquier momento le podría dar el alto, pero sobre todo al hombre que sólo en la noche tenía también que luchar contra los miedos que provoca la oscuridad, maxime en una jornada de tormenta.

 Uno se acostumbra al monte y no pasa miedo, es lo que me cuenta este anónimo cazador que durante 40 años y casi a diario, cogía la escopeta y se  dirigía hacia Muniellos, Pico Cabrón o Peña Ventana en busca del codiciado trofeo que sólo verían en su casa.
Muniellos y montes aledaños
Un día, me dice, pasó tanto pánico en el monte que no pensó en volver a casa.  Iba camino de Muniellos, para estar en el punto donde pretendía matar a la alimaña sobre las ocho de la tarde y ya de camino sintió a lo lejos el ruido del trueno. Poco a poco la tormenta se fue acercando más y más, hasta que de pronto empezó a ver unos relampagos que imponían. Se le echó la noche encima y se acercó para una cabaña en la que llovía tanto dentro como fuera, por lo que buscó unos palos -garabuchos- para atizar el fuego y  calentarse, pero era tal la cantidad de lluvia que caía que decidió ir para un tronco hueco -troncona-, para guarecerse en su interior, pero al meterse dentro del árbol salió un bicho, tal vez una garduña o turón que se llevó un susto tremendo.
Muniellos desde La Baragaña
La noche avanzaba y entre los truenos -tonabríos- y que cada vez llovía con mas fuerza, dudó en salir al exterior ante el temor de que la lluvia arrastrara el tronco y poder morir afogao por el agua, pero luego pensó que al estar próximo a la cima era más seguro permanecer en su interior que buscar un sitio de menor altitud.

A las 4 de la madrugada la tormenta se fue alejando, aunque los reflejos del trueno se seguían viendo en la zona del puerto del Connio y Valdebueyes y posteriormente hacia Fonsagrada. Recuerda que aquel día le impresionó también el instinto que los animales tienen para protegerse.

El final de la jornada no me quiso decir si acabó con la caza del animal o si por el contrario  tuvo que regresar a casa con las manos vacias.

8 comentarios:

María del Roxo dijo...

Jose, el otro día en Muniellos me fijé en los restos de muros de piedra en la margen izquierda del rigueiro, un poco más abajo del cruce. ¿Sabes si eran cabañas para leñadores o para guardas? Siento curiosidad. Gracias.

Anónimo dijo...

Debido al furtivismo, en Ibias, se llegó a matar a un guardia forestal, Chiquito, que cumplió con su deber, y le costó la vida.

De esto no hace tantos años, ya no era para comer carne fresca, era puro vicio de campar a sus anchas con la escopeta al hombro.

El chapras dijo...

Por lo que parece el furtivo no paso muy buena noche,gajes del oficio.
Anonimo,el guarda no fue en Ibias,ni tampoco gente de Ibias,el que lo mató era de un pueblo de Rengos y se murio hace poco tiempo,y el resto de la cuadrilla son del mismo sitio.

gavilan poyero dijo...

De todas maneras, si se observa detenidamente la
1ª fotografía, hay 7 individuos, sin boina, con chaquetas, relojes de bolsillo, sombreos y manos en los bolsillos, que no cumplen precisamente con el prototipo de furtivo por necesidad, sino más bien la contraria.

Recuerdo el revuelo que se formó con el asesinato de Chiquito, mirando hacia atrás, creo que ese fué el punto de inflexión del fin del furtivismo habitual.

Aunque aún hoy, hay escopetas confiscadas, hace muy pocos meses, en el cuatel de la guardia civil, por temas furtivos.

Hay que reconocer, que el Seprona, en estos asuntos, no se anda con chiquitas, bien por ellos.
No estaría mal, que también fueran tan diligentes, en asuntos relacionados con el fuego.

Salu2

Jose de Mingo dijo...

María, no sé muy bien a que cruce te refieres, aunque me imagino que será a la zona de Entrambosrios, donde se juntan dos regueiros para formar el río Muniellos. Confírmamelo para hacer las oportunas indagaciones y poder contestarte.
No pretende esta entrada enaltecer el furtivismo, como pudiera pensar el anónimo y mucho menos cuando acaba con el asesinato de una persona como Chiquito, que estaba cumpliendo con su deber. Es cierto, además, que en aquélla época la comarca estaba en pleno auge económico y que para comer no era necesario ir al monte y mucho menos segar la vida de un inocente.El comentario del Chapras aclara algunas cuestiones de tan deleznable suceso.
Gavilán, la primera foto nada tiene que ver con el furtivismo, aunque sí la podríamos considerar como de caza abusiva. Pertenece a miembros y amigos de la familia Velasco, dueños de la caza en Muniellos durante muchos años, a quienes acompañan obreros de la serrería, muchos de ellos de Moal, que hacían de batidores durante la caza y luego de porteadores de lo cazado.
Es verdad que el furtivismo ha descendido considerablemene durante los últimos años por dos razones fundamentales: la vigilancia y control que ejercen el Seprona y la guardería del Principado y la concienciación que sobre el medio ambiente tienen las nuevas generaciones, así que confiemos en que en un futuro cercano desaparezca por completo, al igual que los incendios que son, como bien dices, otro de los males de la comarca y que en estos momentos están lastrando su futuro como zona con un buen potencial turístico.

María del Roxo dijo...

Jose: bajando del cruce, el de la Vallina Piélago, de vuelta a Tablizas, antes de cruzar el arroyo por primera vez, unos minutos después del cruce, están las ruinas de dos construcciones de piedra, como a cuatrocientos metros unas de otras.

Gracias.

Jose de Mingo dijo...

María, hachas las indagaciones pertinentes te puedo decir que se trata de antiguas cabañas de leñadores. Los últimos lustros de explotación del monte, sus dueños contrataron varias cuadrillas de "santanderinos" que cortaban la leña a destajo y que construyeron varias cabañas para guarecerse. Dicen los vecinos de Moal que eran grandes leñadores y que por aquéllos años ganaban un gran sueldo.
Si necesitas más información aquí me tienes. Un saludo.

Pepe B dijo...

Jose según la información que yo tengo,se trata de restos de cabañas de cuando los pueblos tenian sus brañas alquiladas de cuando Muniellos pertenecia a la Borna Asturiana. Por otra parte a todos los que pregunto aqui en Moal, no conocen la vallina de piélago, eso se llama a un pozo que hay mas arriba de tablizas.
Un abrazo para todos.

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