miércoles, 28 de septiembre de 2011

Aquellos maravillosos años

Aquellos maravillosos años fue una serie de televisión americana que la 1 de tve emitió a finales de la década de los 80 y principios de los 90. El serial se desarrollaba entre 1968 y 1973 y nos ponía al corriente de los acontecimientos históricos y problemas sociales de aquel período. Vamos, lo que hoy en día podría ser Cuéntame como pasó. Por aquélla época yo ya tenía unos cuantos años, pero  la seguía con cierta vehemencia, pues me trasladaba a la etapa de la niñez y a las vivencias  de la adolescencia, esa edad en la que no eres niño pero tampoco hombre y en la  que le damos tanta importancia a la amistad, los sueños, las relaciones familiares, los juegos o los amores imposibles.

¿Y a qué viene esta entrada rememorando tiempos pasados?. La respuesta es sencilla: hace ya unos cuantos meses que Fino, uno de los retratados, colgó en Facebook la fotografía que ilustra esta entrada y desde el momento en que la vi, la identifiqué  con “Aquellos maravillosos  años”. El porqué no lo sé, tal vez la edad de todos los que aparecen en la foto, la apariencia inocente de todos ellos, la pose para el fotógrafo (no muy bueno, por cierto), las manos ocupadas de tres de los protagonistas,  probablemente para  jugar o hacer alguna trastada, la facina de hierba que se ve al fondo en el prado de Saturno, la bicicleta medio tirada sobre la pared….., en resumidas cuentas, las experiencias de unos jóvenes que tenían una edad similar al intérprete de la serie.


La foto fue sacada en el año 1977 y en ella aparecen de derecha a izquierda Pepín, Jose de Manolito, Miguel y Fernando, todos de pie, y agachados  José Antonio y Fino. Ahora, transcurridos ya 34 años, nos podemos preguntar: ¿qué fue de éllos?.  Mi alejamiento del pueblo hace que desconozca los avatares de algunos, especialmente dos de los retratados, como es el caso de Pepín, a quien le perdí la pista hace bastante tiempo, pues la última vez que lo vi regentaba un bar en Antromero, y de eso hace ya unos cuantos años. Sus padres procedían de Ibias y al llegar la jubilación del cabeza de familia decidieron irse a vivir a Cangas y luego a Gijón. Jose de Manolito sigue viviendo en el pueblo, es más, nunca abandonó  Moal ni tan siquiera por motivos laborales. Miguel, pobre Miguel, amante del futbol y de la casa materna, su padre era de Villarcebollín (Ibias), se lo llevó un cáncer demasiado  joven. La vida es así de cruel, pero seguro que Miguel seguirá soñando desde el más allá con su aldea perdida. Quedan los tres hermanos, los tres rubios de la foto: Fernando  está rehabilitando actualmente una panera en Moal, en la que piensa vivir y tiene una hija preciosa, Laura, que a veces nos deleita con sus canciones; José Antonio, que tras casarse marchó a vivir fuera y con el que también llevo tiempo sin coincidir,  por lo que sé poco de su vida, aunque sí que tiene dos hijos; y Fino, nuestro showman  particular, que tan pronto lo vemos compitiendo en una carrera popular, ascendiendo las cumbres del Principado, jugando de portero en futbol sala, cantando tonada asturiana, o haciendo labores de presentador casi televisivo.

Todos ellos seguro que recuerdan con nostalgia aquellos maravillosos años, algo que supongo es inherente a cada uno de nosotros. Ahora, para finalizar esta entrada, me gustaría haceros una pregunta ¿cómo recordáis vosotros aquellos  maravillosos años?.

martes, 13 de septiembre de 2011

San Juliano, una fiesta para Sandra

Si algo me motiva especialmente a realizar esta entrada es Sandra, una joven de Moal que, como todos sabréis, sufrió un derrame cerebral a primeros de mayo  y que  todavía está hospitalizada en el HUCA tratando de recuperarse. Y digo que me motiva y que va dedicada a Sandra, porque así lo dejaron patente todos los vecinos en cada uno de los actos que tuvieron lugar durante las pasadas fiestas. Un apoyo que la juventud del pueblo  ya había  reflejado en el programa festivo, pero que luego también se vio plasmado en las pegatinas que todos los años hacen y que éste  solamente tenía un mensaje: ÁNIMO SANDRA, ESTAMOS TODOS CONTIGO (Moal 2011). Pero ese apoyo, también estuvo presente en los aplausos que todos le tributamos cuando Fino, durante el festival de Tonada, o los músicos de las verbenas recordaron su nombre y su problema. Un espontáneo  aplauso que salió de todos los allí congregados como un merecido homenaje a su lucha y la de toda su familia, y que también deseamos sirva para que Sandra se recupere lo más pronto y satisfactoriamente posible.

Sandra: Moal estuvo contigo
De la fiesta siempre hay cosas que contar, aunque en un pueblo pequeño los actos se repitan, por lo general, año tras año. Destacar en primer lugar a ese grupo de  jóvenes con ganas de hacer cosas, a pesar de que muchos estén trabajando  a cientos de kilómetros. Jóvenes que se lo curran, porque cada año que pasa superan en ganas, ilusión y actos al anterior. Destacar también que  para muchos que estamos lejos, la fiesta es el punto de encuentro con todos aquellos  amigos y conocidos que tampoco viven en el pueblo, pero que  acuden anualmente a esta celebración.

Niños y mayores disfrutando de la fiesta
Uno llegó a Moal el viernes cuando la  tarde ya estaba avanzada y al dirigirse a la plaza para ver los juegos infantiles, vio como una “marabunta” de jóvenes inundaba la calle principal dando a entender que éstos ya habían terminado. Ver a tanto niño junto, bien fuese natural del pueblo o descendiente del mismo, me llenó de satisfacción y me hizo pensar que todos esos peques, que la mayoría del tiempo viven alejados de Moal,  cuando se hagan mayores seguirán a buen seguro vinculados con la tierra de sus ancestros.

Juan, el último nacido descendiente de Moal
La noche, una fantástica noche de verano, estuvo dedicada al baile. Tal vez hubiese menos gente que el año pasado, pero ello no fue óbice  para que todo el mundo se divirtiese de lo lindo al son del pasodoble y la salsa. La chocolatada, a la que no llegamos  los entrados en edad, puso el punto final a la jornada.

Lanzamiento de alpacas
San Julianín, creado en su momento para que las amas de casa pudieran disfrutar de una jornada de fiesta, es actualmente el día del vecino por excelencia. A la misa, celebrada en la plaza, le siguió la sesión vermút amenizada con gaita y tambor, formándose numerosas tertulias en torno a la barra del bar. Ya por la tarde, el lanzamiento de alpaca tuvo varios competidores, pero ninguno pudo superar el lanzamiento de Rubén, que se alzó con el triunfo por quinto año consecutivo. Como premio, un estupendo jamón del que seguro dará buena cuenta en  la bodega familiar.  Seguidamente casadas y solteras probaron sus fuerzas con la cuerda y aunque en teoría la igualdad debería ser la tónica del enfrentamiento, la realidad vino a demostrar que las casadas dominaron ampliamente a las solteras y por lo tanto resultaron claras ganadoras.

Tiro de cuerda femenino
A continuación tuvo lugar el festival de tonada asturiana que reunió a numeroso público, unos de Moal y otros llegados  de diversos pueblos de la zona. La figura de la tonada, Lorena Corripio, deleitó a todos los presentes con su magnífica voz y se llevó los aplausos más fuertes. Tampoco debemos  olvidarnos de nuestro polifacético vecino Fino, que además de jugar al futbol sala, este año en el Panadería Penlés, canta tonada y es un magnífico showman. Por el escenario fueron pasando numerosos cantantes de la canción asturiana, entre los que se encontraban Corsino Llaneza o Ismael Tomas Santos, así como los cangueses Pepe Tainás, Antón de Chicote o el Tiso. La actuación duró más de dos horas y si no es porque la fame empezaba a apretar seguro que se alargaba hasta bien entrada la noche.

Lorena Corripio en una actuación

La verbena nocturna, animada como todos los años, tuvo este año el aliciente? añadido de que empezó a llover sobre las doce y media de la noche, sirviendo la lluvia para  inaugurar el tejado que cubre una buena parte de la plaza y comprobar que la obra no tenía goteras.

Bailando bajo la lluvia
En definitiva, seguimos disfrutando de unas fiestas esplendidas y de una juventud comprometida y desinteresada a la que le auguramos nuevos éxitos para futuras veladas.
Por último, desearle a Sandra una pronta recuperación y que el año que viene pueda compartir con todo el pueblo las fiestas de San Juliano.
Las fotos de esta entrada y algunas mas las podéis ver pinchando aquí. Gran parte de estas fotos son obra de Manolín del Xastre, que  nos visitó los dos días de fiesta y a quien agradezco su colaboración.

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