lunes, 29 de noviembre de 2010

¿Adiós al Parque de Ríocastiello?

Los pasados días, la prensa regional se hacía eco de varias noticias contradictorias sobre el grado de ejecución de los fondos mineros, que como todos sabemos se crearon con la intención de establecer las bases precisas para reactivar las comarcas mineras asturianas afectadas por la reconversión del carbón, y que al mismo tiempo llevó aparejada una importante pérdida de puestos de trabajo.
Zona de Ríocastiello desde Cruces
El sindicato SOMA-FIA-UGT, denunciaba ante la opinión pública que casi 906 millones de euros destinados a infraestructuras, estaban en unos casos sin ejecutar y en otros sin liquidar o pendientes de ser asignados. Poco después era el Partido Popular el que aseguraba, que desde el año 2002 eran 765 los millones de fondos mineros que había sin ejecutar A estas acusaciones respondía el Gobierno Regional por boca del Consejero de Industria, manifestando que solamente eran 27 los millones de euros pendientes de firmar.

Sean cuales fueren las cantidades pendientes de invertir en las comarcas mineras, a mi cabeza vino uno de los proyectos estrella que para revitalizar el Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias se pretendia llevar a cabo en las antiguas instalaciones de mina Carmencita, en las inmediaciones de Posada de Rengos. Se trataba del Parque multiaventura Ríocastiello, en el que estaba previsto construir un edificio para albergar el centro de recepción de visitantes, así como diferentes juegos, rutas y dependencias en las que el visitante, especialmente el turista que estuviese pasando unas jornadas por la zona, pudiera disfrutar del ocio y la aventura que proporciona un Parque de estas características.
Ubicación de Mina Carmencita con Google Earth
El Boletín del Principado número 180, del 4 de agosto de 2009, recogía una Resolución de la Consejería de Presidencia en la que daba cuenta del Convenio de Colaboración suscrito entre el Principado de Asturias y el ayuntamiento de Cangas del Narcea para la ejecución del proyecto Parque Multiaventura Río Castiello, en Cangas del Narcea. Sin embargo, desde la publicación del citado convenio hasta la actualidad, poco o nada se había leído o publicado sobre el desarrollo del proyecto. Ahora, transcurrido más de un año, nos enteramos por La Voz de Asturias que el Ministerio de Industria y la Consejería de Cultura y Turismo solicitan la devolución de 780.000 euros al ayuntamiento de Cangas, por no haber ejecutado a su debido tiempo la citada inversión, de la cual 400.000 euros pertenecen al Parque de Ríocastiello.

Tras leer la noticia te queda una sensación de frustración, desaliento, desengaño y todos los adjetivos que se le quieran poner y, lo peor de todo, la duda de saber quién no hizo los deberes, quién consintió que 2.384.218 euros se dejen de invertir en la zona y además piensas si nuestro voto sirve para algo, pues a posteriori muchos gobiernan para el pueblo pero sin el pueblo. La pregunta definitiva es la que encabeza este artículo: ¿tendremos que decir adiós al Parque Multiaventura de Ríocastiello?.

sábado, 20 de noviembre de 2010

El Rincón de Pepe

La vida es sueño y los sueños, sueños son. Estos últimos versos de la obra de Calderón de la Barca me sirven como preámbulo de esta entrada sobre esos pequeños o grandes sueños, ilusiones, proyectos o fantasías que todos tenemos en nuestras vidas.


Hoy traigo aquí la ilusión de un minero de Moal, de una persona que mientras trabajaba en las entrañas de la mina pensaba que alguna vez haría una bodega-merendero, que a pequeña escala se pareciese a ese lugar negro del que extraía la antracita, pero en la que pudiera disfrutar de la compañía de familiares y amigos, además de poder exprimir el néctar de la uva con la que hacer un vino con sabor propio. Esa persona es Pepe de Farruco y el lugar lo bautizó su mujer, Edita, como “El Rincón de Pepe”.


El proyecto empezó a tomar forma en la primavera del 2009. Por aquellas fechas una excavadora acondicionó el terreno, situado en las proximidades de la plaza de Moal, donde Pepe llevaría a cabo su sueño. Una vez liberado el sitio de tierra, se inició la cimentación de lo que sería su “rincón”, a lo que siguió el posteo y la arcada de la galería que iba a cobijar la bodega. A partir de este momento la estructura ya estaba formada para acometer el resto de la obra.


Los trabajos para levantar las paredes laterales y cerrar el techo quedaron en manos de Julio, un profesional de la construcción que buscando las piedras que mejor encajaban en cada momento fue realizando poco a poco las labores pertinentes hasta culminar todo el proceso exterior. Sólo quedaba lucir el interior y colocar la puerta de acceso, que Carlos de Reguilón había preparado en su taller de Oballo, para ver la obra finalizada.


Al sueño de Pepe sólo le quedaba elaborar la uva que cada año, entre los meses de septiembre y octubre, se puede  comprar en Cangas y que es traída en camiones de diferentes zonas de Castilla-León. Pepe ya lleva realizando su sueño, o lo que es lo mismo su vino, desde hace dos años.


El “Rincón de Pepe” es en estos momentos punto de encuentro de la familia Farruco y de las amistades que se acercan a degustar el vino o a dar cumplida cuenta de unas buenas viandas, que por lo general se terminan saboreando con uno de los diferentes orujos que tan bien prepara Edita.


Desde aquí desearle suerte y salud para que toda la familia pueda disfrutarlo durante mucho tiempo.

martes, 9 de noviembre de 2010

Una (mala) noche de furtiveo

El furtiveo fue durante siglos una de las prácticas más habituales entre los vecinos de los pueblos del suroccidente de Asturias, si bien la situación cambió drásticamente en los últimos años del siglo XX. Una economía de subsistencia en la que primaban los productos de la huerta y el cerdo, obligaron a muchos pobladores de estas tierras a echarse al monte para tratar de cazar corzos, jabalíes, osos,.... con los que poder variar la comida y al mismo tiempo no mermar los limitados ingresos familiares. Además, la escasa vigilancia que había, principalmente debido a la falta de medios, así como la exigua cuantía  de las penas, que generalmente terminaban con una multa irrisoria en el caso de ser sorprendidos cazando, animaban todavía más a los furtivos.
Cacería en Muniellos
Esta entrada pretende reflejar los temores de uno de esos cazadores que pasaban noches enteras detrás del animal, pensando que tal vez algún guarda estuviese tras sus pasos y que en cualquier momento le podría dar el alto, pero sobre todo al hombre que sólo en la noche tenía también que luchar contra los miedos que provoca la oscuridad, maxime en una jornada de tormenta.

 Uno se acostumbra al monte y no pasa miedo, es lo que me cuenta este anónimo cazador que durante 40 años y casi a diario, cogía la escopeta y se  dirigía hacia Muniellos, Pico Cabrón o Peña Ventana en busca del codiciado trofeo que sólo verían en su casa.
Muniellos y montes aledaños
Un día, me dice, pasó tanto pánico en el monte que no pensó en volver a casa.  Iba camino de Muniellos, para estar en el punto donde pretendía matar a la alimaña sobre las ocho de la tarde y ya de camino sintió a lo lejos el ruido del trueno. Poco a poco la tormenta se fue acercando más y más, hasta que de pronto empezó a ver unos relampagos que imponían. Se le echó la noche encima y se acercó para una cabaña en la que llovía tanto dentro como fuera, por lo que buscó unos palos -garabuchos- para atizar el fuego y  calentarse, pero era tal la cantidad de lluvia que caía que decidió ir para un tronco hueco -troncona-, para guarecerse en su interior, pero al meterse dentro del árbol salió un bicho, tal vez una garduña o turón que se llevó un susto tremendo.
Muniellos desde La Baragaña
La noche avanzaba y entre los truenos -tonabríos- y que cada vez llovía con mas fuerza, dudó en salir al exterior ante el temor de que la lluvia arrastrara el tronco y poder morir afogao por el agua, pero luego pensó que al estar próximo a la cima era más seguro permanecer en su interior que buscar un sitio de menor altitud.

A las 4 de la madrugada la tormenta se fue alejando, aunque los reflejos del trueno se seguían viendo en la zona del puerto del Connio y Valdebueyes y posteriormente hacia Fonsagrada. Recuerda que aquel día le impresionó también el instinto que los animales tienen para protegerse.

El final de la jornada no me quiso decir si acabó con la caza del animal o si por el contrario  tuvo que regresar a casa con las manos vacias.

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