viernes, 25 de junio de 2010

Por fín llegó el verano.

La primavera nos ha traído en su recta final mucha lluvia, inundaciones, cortes de carretera, desalojos de viviendas  y, por desgracia, algún fallecimiento. La gota fría que durante una semana dejó sobre el Principado decenas de litros de agua por metro cuadrado, además de provocar muchos inconvenientes y cuantiosos desperfectos, por poco deja a todos un poco ranas.


Los más viejos del lugar dicen que nunca vieron el río con una crecida tan impresionante como la que aconteció durante estos días de lluvia y más lluvia, y más de uno ha dejado marcada la altura que alcanzó el agua, en alguno de los puentes que salva el río, para que las futuras generaciones puedan tener constancia de la magnitud de la ríada.



Ahora, ya pasados unos días y con el verano entre nosotros, es bueno recrearse con algunas de las estampas que ofrecen las casas de Moal, para deleite de vecinos y forasteros.

Casas y jardines que alegran la vista con el colorido y la alegría que ofrecen las hortensias, geranios, rosas o petunias, y que ofertan una impresionante gama de colores y siembran la admiración entre las personas que pasean por el pueblo.


Y para rematar ese hado mágico del verano, una fotografía con alguno de los cenadores que albergan a las familias cuando la tarde ya languidece, pero siguen los calores de esta época estival.

¡¡Buen verano para todos!!.

lunes, 14 de junio de 2010

Yo también soy de Mual/Moal

A raíz del debate suscitado con la entrada Moal no quiere ser Mual, en la que salió a relucir en varias ocasiones el nombre de Naciu i Riguilón, Naciu me ha remitido un correo con la transcripción de una carta que ha mandado hace unos días a la sección de cartas al director de la prensa asturiana: en castellano a La Nueva España y El Comercio y en asturiano a Les Noticies. Uno que estuvo de vacaciones, fuera de su residencia habitual durante unos días y por lo tanto desconectado del trabajo y de internet, desconoce si la misma fue publicada, aunque me temo que no -y hablo por experiencia-, al hacer mención al nombre de este modesto blog al que los periódicos regionales deben considerar que les puede hacer competencia desleal.

Ya sé que se han escrito "ríos de tinta" sobre el nombre del pueblo, especialmente en los comentarios de vosotros, los lectores, y que en estos momentos los vecinos tienen en marcha iniciativas para preservar el nombre de Moal, pero entiendo que todos tenemos nuestra opinión y la de Naciu es importante en las actuales circunstancias. Naciu o Nacho, me remite la carta escrita en castellano y asturiano, motivo por el que considero que si ha tenido la molestia de escribirla en los dos idiomas, en contraprestación debo publicarla también en castellano y asturiano, aunque resulte un artículo demasiado largo.

La carta dice lo siguiente:

Barrio de El Cascarín con la escuela

Hace unos días salió publicada una carta en este periódico La Nueva España que venía a ser el colofón de un intenso debate en internet en un blog llamado “Moal puerta de Muniellos sobre cómo tiene que escribirse el nombre de un pueblo de Cangas del Narcea que está situado a la entrada del valle de la Reserva de la Biosfera de Muniellus.

Me llamo Ignacio Martínez Alonso (Naciu ‘i Riguilón) y nací en el pueblo de Moal en 1962.

A mí nadie me preguntó nunca cómo se escribía el nombre de mi pueblo. En los letreros, a la entrada y a la salida del pueblo, y en los mapas siempre vi escrito “Moal” pero nunca escuché pronunciar a mi madre, a mi abuela, ni a nadie mayor que yo el nombre de mi pueblo tal y como venía escrito en los letreros. Esto es normal si tenemos en cuenta que tampoco nadie nos explicó nunca que era asturiano la lengua que hablaba mucha de la gente del lugar, (sobre todo los más ancianos o personas no escolarizadas como mi abuela Rosaura). Esta fue una realidad que nunca se reconoció y que al ir a la escuela se corregía drásticamente castigándonos y diciendo simplemente que estaba mal hablado.

Yo soy consciente de que en mi pueblo aún conviven las dos lenguas aunque con estatus muy diferentes. El caso es que leyendo las declaraciones y comentarios de algunos “papudos” (gentilicio de los nacidos en Moal) parece que esa realidad lingüística no existe, que no son conscientes de ella, o simplemente no la quieren reconocer.
Parece que en Moal nunca se habló asturiano y que desde luego ya no hay nadie que lo hable. Yo, cuando voy a mi pueblo a ver a la familia o a dar una vuelta por los pueblos de los alrededores procuro hablar siempre en asturiano, el que aprendí allí. Claro, con la gente que lo habla, o con los que aunque no lo hablan sé que me entienden, y lo hago siempre procurando no forzar situaciones violentas porque sé que con el tema del asturiano hay mucha gente reticente y otra que tiene miedo a que se puedan reír de ella. Por eso dependiendo de con quién esté hablando utilizo un asturiano más coloquial, mezclado o castellano tambn coloquial.

Por lo que veo hay personas que viven en Moal y no se enteran que aún hay gente que se expresa en una lengua que no es el castellano y seguramente piensan también que esa gente no sabe hablar bien. Lo malo es que muchos de esos que siguen hablando en asturiano tampoco tienen conciencia de ello.

viernes, 4 de junio de 2010

Guirigay de cables

La transformación que para bien han sufrido nuestros pueblos en los últimos años es un hecho indiscutible: el alumbrado público*, la llegada del teléfono fijo y posteriormente móvil, el sanemiento y la depuración de las aguas residuales, la llegada de internet, etc., han marcado su devenir y nos hacen pensar que los pueblos decaen por culpa de la falta de trabajo, la emigración y  el envejecimiento de la población, pero que los servicios han mejorado de forma considerable, en la mayoria de los casos,  y que en muchos aspectos nos estamos acercando a ese mundo urbano del que durante siglos estuvimos a años luz.


Todas estas ventajas han traído consigo un nuevo inconveniente y es que ahora, por las calles y caminos de nuestros pueblos pululan a sus anchas una serie de cables que afean el paisaje y que, por lo que se ve, nadie se preocupa de buscarles una solución.


Los cables del suministro eléctrico, del alumbrado público y del teléfono, sujetados en postes de madera  u hormigón, abundan en demasía y dejan en mal lugar esa imagen de Paraíso Natural que se quiere promocionar y por lo tanto vender,  dentro y fuera de las fronteras del Principado.

Moal, y como Moal muchos de los pueblos de su entorno, está atenazado por ese lío de cables que afean la vista y que dejan una sensación de poco desarrollo, por no decir tercermundista. Confiemos en que la administración tome pronto cartas en el asunto y resuelva  una situación preocupante, máxime si tenemos en cuenta que estamos hablando de un lugar situado dentro de los límites de un Parque Natural y que además es puerta de entrada a Muniellos.

* Cuando ya llevamos diez años del siglo XXI, La Viliel.la y supongo que otros pueblos del concejo, sigue a día de hoy sin alumbrado público.

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