lunes, 24 de noviembre de 2008

Denuncia por tala en Muniellos ( I )

La relación entre Moal y Muniellos a través del tiempo, podríamos definirla en sentido figurado como de "amor y odio". En el artículo que publiqué el 22/12/07, que lleva por título Moal y Muniellos, ya hago constar que para algunos historiadores, los legítimos dueños del monte de Muniellos eran los vecinos de Moal, a quienes el Conde de Toreno se lo había usurpado valiéndose de dudosas artimañas.

En este artículo que ahora publico, relativo a una denuncia interpuesta contra tres vecinos de Moal por la tala de robles dentro de Muniellos, sale a relucir que en el año 1.900 los linderos seguían sin estar muy claros, y todavía en pleno siglo XXI los vecinos de Moal y el Gobierno del Principado, actual dueño del monte, han tenido que reunirse para definir las citadas lindes.

En la relación de vecindad en la que se encuentran Moal y Muniellos también existió y existe amor, que se vio reflejado durante muchos años, podríamos decir siglos, en el trabajo y los sueldos que para los vecinos de Moal supuso trabajar en Muniellos, bien fuese como carreteros o leñadores en un principio, o como carrocetistas, guardas o peones más recientemente. Hoy en día la pista entre Moal y Tablizas es asiduamente utilizada por numerososos vecinos para sus paseos.


Duelas en la década de 1950

El artículo que seguidamente paso a narrar es un compendio de escritos originales, que se encuentran en el Archivo Histórico Nacional y cuya signatura completa sería la siguiente:

España. Ministerio de Cultura, Sección Nobleza del AHN, Toreno, C73, D. 235-262.

El día 18 de marzo del año 1.900, el administrador del Conde de Toreno, Severiano Pelaez, entregó escrito en el Juzgado de Instrucción de Cangas de Tineo (el cambio de nombre por Cangas del Narcea no se produce hasta 1.927), dando cuenta de un parte que le había remitido el Guarda del monte de Muniellos, José Barrero Alvarez, vecino de Ventanueva, en el que participaba que en el último reconocimiento que había realizado del monte, había descubierto que en la Vallina de Bisnuevo, en el sitio llamado Teso del Pájaro, había varios robles cortados "en número de 10 a 12" y que de las gestiones practicadas había llegado a la conclusión de que los autores del daño habían sido José Alonso Cadenas, Segundo Lago Menéndez y Genaro Cadenas Rodríguez, todos ellos vecinos de Moal.

La denuncia continuaba manifestando que los hechos ocurrieron la noche del sábado 10 del citado mes de marzo de 1900 y que José y Segundo habían llevado dos piezas y Genaro otras dos, que habían descargado en la pista de las Tablizas, frente a la casa o fábrica de la luz eléctrica; y que "otras las dejaron allí por no convenirles, resultando además otros daños de maderas", que anteriormente habían extraído prevaliéndose de lo apartado del lugar y de lo dificil que resultaría averiguar a los autores del hecho.


Central eléctrica, actualmente en estado ruinoso

El día dos de mayo el Juez de Instrucción de Cangas, Angel Rancaño, procede a efectuar reconocimiento del lugar, acompañándolo para tal fin el Secretario del Juzgado, el Guarda denunciante, los denunciados y como conocederos de los diversos parajes del monte de Muniellos dos vecinos de Posada de Rengos: Ramón Rodríguez Alvarez y Manuel Martínez Martínez.


Vista de Moal y al fondo el Pico Cabrón en 1997

Reunidos el Juez y las demás personas en el Campo de las Armadiellas, procedieron a dar lectura a los linderos del monte de Muniellos, según constaba en la inscripción del Registro de la Propiedad de fecha 22 de enero de 1.884 y que eran como sigue:

"Monte nombrado Muniellos, finca rústica, sita en el término de la parroquia de Vega de Rengos, correspondiente a este concejo. Se halla poblada de robles y otros árboles y se deslinda de la siguiente forma. Del Pontigo de Rucabo va a la braña de Fonte Otero, pico del Cabrón aguas vertientes, por cuya parte pega con términos de las aldeas de Moncó y El Pueblo, y desde allí va a la sierra arriba aguas vertientes al Pico del Cambón o Lombón (Chombón), y de allí al Collado de Los Frandalicos que parte con términos de Larón y La Viliella, aguas vertientes, que parte con jurisprudencia del concejo de Ibias, y de allí va a la Sierra abajo con la cimera de Sesto-Gordo y a la Piedra de Valcarce, a la Bobia de Montero, todo aguas vertientes que parte con los concejos de Cangas e Ibias, y a Entrambosríos; y a la Vega del Pumar en el Pico de Porciles y de allí va por el cerro de Peranzules y Cordón de Valmayor y torna al Campo de las Armadiellas y Fonte del Otero. Deslindando este monte por los cuatro vientos cardinales, linda por el E. con términos de La Viliella e Ibias; por el O. con términos del mismo concejo de Ibias y por el N. con las aldeas de Moal y Oballo. Tiene la extensión de unas siete leguas de circunferencia y de una y media a dos de diámetro poco más o menos".


Carlos, Maxi, Carmen Mª. y Covadonga (1998)

Al ser un artículo demasiado largo lo he dividio en dos partes, dejando para la segunda la resolución de la incógnita sobre los linderos y el sobreseimiento de la denuncia. No obstante, como desconozco la vinculación actual de los tres vecinos de Moal denunciados, me gustaria que me ayudaseis a descubrirla, y saber a qué casas pertenecerían actualmente. Para ello, cualquiera puede acceder a los comentarios, bien como anónimo o bien identificándose, y dejar su opinión.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Camino de Vuelta

El pasado mes de octubre tuvo lugar en la librería Treito de Cangas del Narcea, la presentación de la novela Camino de Vuelta, de la que es autor Alfonso López Alfonso.


Portada del Libro

Alfonso nació hace 31 años en casa Simón de Moncó (Moncóu), es por lo tanto nieto de Valeriano y Rogelia e hijo de Angelita y Manolo, familia con la que me unen lazos de parentesco. Hace ya varias décadas, cuando las fiestas de los pueblos se celebraban el día señalado en el calendario y no se cambiaban para el fin de semana, Valeriano y su hija Elsa eran asiduos de mi casa el 5 de septiembre, día de San Juliano. Dos días antes en Moncóu se celebraba la Magdalena y, o bien mis padres, o mis hermanos, iban andando a la fiesta a través de la Cuchada. Recuerdo que siendo muy pequeño, mis padres me llevaron una vez; lo malo para ellos fue que al regresar, entre el miedo que proporciona la noche y el cansancio, me tuvieron que portar en brazos casi todo el tiempo.


Vista de la Pena Moncóu
Alfonso nos cuenta en el libro que "sus años inolvidables transcurrieron en Moncóu" y que "se desparramaron lánguidamente entre los tres y los seis años -quizás algo más allá- por esa edad delicada, pasajera y genial que es la infancia". Pero la relación de Alfonso con Moncó no desaparece cuando a los seis años lo internan en el Orfanato Minero de Asturias. Es allí donde sueña y echa de menos a su pueblo, tanto que "escrutaba atentamente las lomas del Naranco intentando ver La Pena". Tal vez por ello, la nostalgia por su aldea perdida se incrementa con el transcurrir de los años y fruto de esa melancolía surge este Camino de Vuelta.


Alfonso López Alfonso

El libro es un relato de sus vivencias personales y familiares, tratadas con la nostalgia que da la distancia; esa distancia que unas veces es física y otras nos la marca el tiempo, pues muchas de las personas que salen reflejadas en sus páginas ya no están entre nosotros. Una nostalgia por ese Moncou que "era un lugar tranquilo pero que estaba vivo", y donde actualmente las dieciséis casas del pueblo "van quedándose sin memoria y sin porvenir. No abundan allí los niños y empiezan a escasear los viejos".


Vista de Moncóu

Moncó y Moal comparten muchas cosas: brañas, parroquia, familias,... y una Peña que ellos han bautizado y registrado (La Pena Moncóu), tal vez porque la cima también la tienen más cerca que nosotros. Por eso, los nombres, tanto de personas como de lugares, que salen reflejados en el libro nos son próximos y familiares.

Camino de Vuelta es una novela para disfrutar de su lectura y evocar a personas y lugares cercanos geográficamente, pero que también podríamos situar en cualquier otro rincón rural.

martes, 4 de noviembre de 2008

Grupo de Gaitas de Moal en Logroño

Corría el mes de mayo de 1997 cuando unos cuantos asturianos residentes en La Rioja, coincidiendo con la festividad del día del bollu, nos reunimos en un bar situado a las orillas del Ebro para organizar una espicha y tener una toma de contacto sobre nuestra situación en esta querida tierra.


Portada diario La Rioja

Tras los pinchos de rigor, entre los que no faltó el bollu preñau, y después de dar cuenta de unas cuantas cajas de sidra, traídas desde Asturias para la ocasión, se iniciaron los trámites para la constitución de una Junta Gestora, cuya misión sería poner en marcha lo que a la postre debería de ser el Centro Asturiano de La Rioja.


Los siguientes meses fueron aprovechados para realizar un censo de potenciales socios, la elaboración de unos estatutos por los que regirse, la búsqueda de un lugar apropiado para ubicar la sede y la celebración de varias reuniones para lograr la implicación del mayor número de familias, bien fuesen asturianas o riojanas. El 8 de julio se aprobaron los estatutos y quedó formalizado el Centro Asturiano de La Rioja, si bien la Junta Directiva que salió elegida del acto siguió con la labor inicial de cumplir los objetivos marcados.
El primer acto que celebró el Centro Asturiano fue el "Día de Asturias" coincidiendo con la festividad de la "Virgen de Covadonga", durante el segundo fin de semana de septiembre. La presencia de un grupo de gaitas era necesaria y nuestros contactos en el Principado no eran todavía muy buenos. Fue en ese momento cuando me percaté que en Moal teníamos un pequeño grupo que había tomado parte en las fiestas del pueblo y que, a pesar de la distancia, tal vez nos podría acompañar en lo que sería la primera fiesta del Centro.

Actuación durante la cena

No era fácil que unos jóvenes de Moal se acercaran hasta Logroño con los trajes regionales, las gaitas y el tambor para actuar durante la mañana del sábado por el centro de la ciudad y posteriormente en la misa asturiana que se iba a celebrar en la iglesia de San Bartolomé, sobre todo porque sus familias los tenían que bajar a Cangas el viernes para coger el ALSA que los llevara a Oviedo, para una vez allí coger otro autobús que los trasladase a Logroño, después de siete horas de viaje. Además, el domingo tendrían que hacer el trayecto inverso.


La alegría que me llevé fue inmensa cuando Laura de casa Baragaño, Marimar y Oscar de casa Felipe y José Manuel de Cangas, así como sus padres, me dieron el visto bueno. En esos momentos pensé que muchas cosas estaban cambiando en Moal y en todo Cangas con las nuevas generaciones, pues estaba ante una juventud que no tenía problemas en darse un palizón con tal de actuar fuera de aquellas montañas y ver nuevos mundos. Jóvenes que miraban de cara al futuro y que salvaban los obstáculos que se pudieran presentar plantándoles cara. Pensé que unas décadas antes sería impensable que mi propuesta fuera aceptada.


El primer acto del Centro Asturiano en La Rioja iba a ser protagonizado por un grupo de gaitas de Moal. De Cangas del Narcea, lógicamente, recogían los periódicos regionales.


Diario El Correo haciéndose eco de la noticia

La actuación por las calles de Logroño, especialmente en la calle Laurel que es la cuna del pincheo y del vino, despertó la admiración y el aplauso de todos los ciudadanos que allí se congregaron; pero el acto más emotivo tuvo lugar durante la misa y la posterior actuación en la plaza de la iglesia, donde un montón de paisanos pudieron revivir la tierrina y hasta echar alguna lágrima de emoción y nostalgia al escuchar la música de unos jóvenes de Moal.

Foto de rigor con la banda y el alcalde de Logroño


La jornada finalizó, como no podía ser de otra manera, con una cena en un restaurante de la ciudad a la que asistió, entre otras autoridades, el alcalde de Logroño José Luis Bermejo, que también disfrutó con el sonido de las gaitas que nos deleitaron la velada hasta altas horas de la madrugada.


Cena con Trevín

Desde entonces ya han pasado once años y el Centro se ha ido asentando. Hemos contado con numerosos representantes de las instituciones asturianas, como el presidente del Consejo de Comunidades y actual Delegado del Gobierno en Asturias D. Antonio Trevín, así como variados grupos y bandas de gaitas. Hace dos años, gracias al esfuerzo y tesón de algunos miembros del Centro y al apoyo del Principado, el Centro Asturiano de La Rioja ya cuenta con una entusiasta banda de gaitas que, en numerosas ocasiones, ya hizo sonar el roncón en la capital y en diversos pueblos de la comunidad riojana.

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