domingo, 30 de diciembre de 2007

El Fútbol

El deporte rey, como en cualquier otro lugar de España, fue durante toda la 2ª mitad del siglo XX y lo que llevamos del actual, el fútbol.

Los primeros partidos que recuerdo, se jugaban en la plazoleta situada junto al horreo de Alonso, plaza que servía también como lugar de reunión, por encontrarse al lado de la fuente de Mingo. Las porterías se hacían con dos piedras y estaban situadas, una junto a la fuente y otra en la entrada de la casa vieja de Alonso. Normalmente el número de jugadores por cada équipo oscilaba entre 5 y 8, puesto que si fuesen más casi no cabríamos en el campo de juego y sería imposible tocar la pelota. Cuando el número de chicos que quería jugar era muy grande se establecían varios equipos y se limitaba la duración del partido a un determinado número de goles, debiendo ceder el equipo perdedor el campo a uno de los que estaban en reserva. Los partidos duraban hasta que anochecía e incluso muchas veces en verano se jugaba de noche cerrada aprovechando la luz de la luna.

El mayor problema, además de las dimensiones del terreno de juego y de que teníamos que parar el juego cuando pasaba algún vehículo o las vacas, que algunas veces todos nos podemos imaginar lo que nos dejaban de propina, era que los balones frecuentemente impactaban contra las ventanas y la fachada de la casa de Alonso, rompiéndose algún cristal con la consiguiente rabieta de Lulo de Alonso primero y después de María, o pasaban a la huerta de Mingo con el disgusto de mi madre, de la cual tenía que aguantar alguna regañina para que dejásemos de jugar en dicho lugar.

En alguna ocasión el único balón que teníamos entraba por una de las ventanas que los de casa Alonso tenían abierta y durante algunos días, hasta que a Pepe o María se les pasaba el enfado y nos lo devolvía, nos quedábamos sin balón para poder jugar.

La presión nos obligó a tener que jugar, en determinados momentos junto a casa Mateo aunque en este caso el balón acababa en la Huerticona o estampado contra las casas de Mateo o Castañón o en la plaza de casa Silvestre.


Equipo Casadas (1995)

A comienzos de los años 70 recuerdo que se organizó un partido contra los de Posada, jugándose en el campo donde luego se asentó el lavadero de "Antracitas de Gillón" y que ganamos por dos goles a uno. La vuelta se celebró en el prado de Baragaño y despertó una gran expectación en todo Moal. Creo que el resultado final fue de 6 a 5 a nuestro favor, aunque ellos protestaron alegando que el arbitro puesto por Moal los había perjudicado.

También se organizaron partidos contra Oballo. El primero que se jugó en Oballo fue en un prado pendiente que sólo tendría tres metros de ancho en el fondo. Otro partido se jugó en el alto del Cochadiegu, donde el campo era bastante mayor, pero el problema era que cuando el balón salía hacia uno de los laterales teníamos que ir a buscarlo a varias decenas de metros y en algunos casos cientos.

A finales de 1970 y comienzo de los 80, se organizaron en Vega de Rengos, en el campo donde posteriormente se construyó el Colegio de E.G.B., varias liguillas de futbol entre los equipos de la zona: Trasmonte, Gillón, San Martino, Gedrez, Monasterio, Rengos y Moal. La organización corría a cargo del cura de la parroquia de Vega, que por aquel entonces vivía en Moal, y tuvieron un éxito tremendo.

La construcción de la plaza pública de Moal en 1982 recogió a toda la chavalería del pueblo en dicho punto, pasando a ser lugar de encuentro de los seguidores del futbol, si bien en algunos momentos tambien concentraba a los fieles de los bolos.


Equipo de solteros (1997)

En el año 1980 se comenzó a disputar durante las fiestas de San Juliano un partido entre casados y solteros que a día de hoy todavía perdura. Las mujeres, para no ser menos, tambien hicieron sus pequeños pinitos y celebraron, también coincidiendo con la fiesta algún partido entre las solteras y las casadas.

En la decada de los 90, se llegaron a celebrar durante las fiestas torneos de fútbol juvenil, contándose con la presencia de la S.D. Narcea, que no siempre ganó el campeonato.

En los últimos años la hierba dejó paso al cemento, brillando tanto los jugadores como el equipo de Moal en numerosos torneos de fútbol-sala.

En la actualidad, un vecino del pueblo de 23 años, Luis Miguel Leites "Mimi", se ha convertido en el pulmón del Avilés, gracias a su tesón y capacidad para bregar en el centro del campo. Que la suerte le acompañe.

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