domingo, 30 de diciembre de 2007

El Fútbol

El deporte rey, como en cualquier otro lugar de España, fue durante toda la 2ª mitad del siglo XX y lo que llevamos del actual, el fútbol.

Los primeros partidos que recuerdo, se jugaban en la plazoleta situada junto al horreo de Alonso, plaza que servía también como lugar de reunión, por encontrarse al lado de la fuente de Mingo. Las porterías se hacían con dos piedras y estaban situadas, una junto a la fuente y otra en la entrada de la casa vieja de Alonso. Normalmente el número de jugadores por cada équipo oscilaba entre 5 y 8, puesto que si fuesen más casi no cabríamos en el campo de juego y sería imposible tocar la pelota. Cuando el número de chicos que quería jugar era muy grande se establecían varios equipos y se limitaba la duración del partido a un determinado número de goles, debiendo ceder el equipo perdedor el campo a uno de los que estaban en reserva. Los partidos duraban hasta que anochecía e incluso muchas veces en verano se jugaba de noche cerrada aprovechando la luz de la luna.

El mayor problema, además de las dimensiones del terreno de juego y de que teníamos que parar el juego cuando pasaba algún vehículo o las vacas, que algunas veces todos nos podemos imaginar lo que nos dejaban de propina, era que los balones frecuentemente impactaban contra las ventanas y la fachada de la casa de Alonso, rompiéndose algún cristal con la consiguiente rabieta de Lulo de Alonso primero y después de María, o pasaban a la huerta de Mingo con el disgusto de mi madre, de la cual tenía que aguantar alguna regañina para que dejásemos de jugar en dicho lugar.

En alguna ocasión el único balón que teníamos entraba por una de las ventanas que los de casa Alonso tenían abierta y durante algunos días, hasta que a Pepe o María se les pasaba el enfado y nos lo devolvía, nos quedábamos sin balón para poder jugar.

La presión nos obligó a tener que jugar, en determinados momentos junto a casa Mateo aunque en este caso el balón acababa en la Huerticona o estampado contra las casas de Mateo o Castañón o en la plaza de casa Silvestre.


Equipo Casadas (1995)

A comienzos de los años 70 recuerdo que se organizó un partido contra los de Posada, jugándose en el campo donde luego se asentó el lavadero de "Antracitas de Gillón" y que ganamos por dos goles a uno. La vuelta se celebró en el prado de Baragaño y despertó una gran expectación en todo Moal. Creo que el resultado final fue de 6 a 5 a nuestro favor, aunque ellos protestaron alegando que el arbitro puesto por Moal los había perjudicado.

También se organizaron partidos contra Oballo. El primero que se jugó en Oballo fue en un prado pendiente que sólo tendría tres metros de ancho en el fondo. Otro partido se jugó en el alto del Cochadiegu, donde el campo era bastante mayor, pero el problema era que cuando el balón salía hacia uno de los laterales teníamos que ir a buscarlo a varias decenas de metros y en algunos casos cientos.

A finales de 1970 y comienzo de los 80, se organizaron en Vega de Rengos, en el campo donde posteriormente se construyó el Colegio de E.G.B., varias liguillas de futbol entre los equipos de la zona: Trasmonte, Gillón, San Martino, Gedrez, Monasterio, Rengos y Moal. La organización corría a cargo del cura de la parroquia de Vega, que por aquel entonces vivía en Moal, y tuvieron un éxito tremendo.

La construcción de la plaza pública de Moal en 1982 recogió a toda la chavalería del pueblo en dicho punto, pasando a ser lugar de encuentro de los seguidores del futbol, si bien en algunos momentos tambien concentraba a los fieles de los bolos.


Equipo de solteros (1997)

En el año 1980 se comenzó a disputar durante las fiestas de San Juliano un partido entre casados y solteros que a día de hoy todavía perdura. Las mujeres, para no ser menos, tambien hicieron sus pequeños pinitos y celebraron, también coincidiendo con la fiesta algún partido entre las solteras y las casadas.

En la decada de los 90, se llegaron a celebrar durante las fiestas torneos de fútbol juvenil, contándose con la presencia de la S.D. Narcea, que no siempre ganó el campeonato.

En los últimos años la hierba dejó paso al cemento, brillando tanto los jugadores como el equipo de Moal en numerosos torneos de fútbol-sala.

En la actualidad, un vecino del pueblo de 23 años, Luis Miguel Leites "Mimi", se ha convertido en el pulmón del Avilés, gracias a su tesón y capacidad para bregar en el centro del campo. Que la suerte le acompañe.

viernes, 28 de diciembre de 2007

La electrificación

Las viviendas de Moal tuvieron al petroleo como único medio de alumbrado durante la primera mitad del siglo XX. Es a partir del año 1946-47 cuando los vecinos del pueblo se juntan para hacer una pequeña central eléctrica en el prado del Huerto de Cadenas, que funcionaba con el agua que se recogía en la vallada situada entre el prado largo de Baragaño y el de Mateo. Cada casa sólo podía tener cuatro bombillas encendidas, pues la corriente que se generaba no daba para más, por lo que se estableció una "vecera" entre los que recibían la luz, para controlar el número de bombillas encendidas que había en cada casa. No obstante, las viviendas podían vender el uso de las bombillas a otra vivienda, pero como el vendedor normalmente seguía conservando las cuatro bombillas, llegó un momento en que el alumbrado era poco más que el de una vela, por lo que no llegaban a funcionar ni las radios.

El uso de la electricidad a través de una compañía eléctrica se produce en el año 1.964, pero para poder disfrutar de la misma los vecinos tuvieron que aportar 3.000 pesetas (18 euros), así como dos postes de castaño y el trabajo para plantarlos entre Ventanueva y Moal. Cuando se plantaron en el prado de la puerta de Mingo, recuerdo a pesar de mi niñez, que mi tío Lulo de Mingo al hacer uno de los agujeros pescó una anguila, que había llegado por alguna de las presas de agua que atraviesan el prado, especie que hoy en día ha desaparecido casi por completo de Moal, debido a los embalses construidos en el cauce medio del Narcea.

La inauguración de la llegada de la electricidad se produjo el día de San Juliano ( 5 de septiembre), y para la ocasión se pudo contar con una buena orquesta y con la iluminación del prado de la fiesta que aquel año fue en el de Saturno.

Mocedad de Moal en 1.965


Con la llegada de la luz eléctrica a las casas, también llegó el alumbrado público, colocándose estratégicamente cinco puntos de luz en distintas zonas del pueblo: uno en el pontigo del Cascarín, otro en los Pradones, otro en la carril de la Huerticona, otro en la plaza de casa Silvestre y por último otro en el pico de la cuesta del Lavadero.

Si bien la llegada de la luz eléctrica fue un gran adelanto con respecto a la pequeña central del prado del Huerto, los apagones eran frecuentes durante varios días, especialmente en invierno.

En la década de los 80 el tendido de madera se sustituye por otro con torretas metálicas y en mejores condiciones, lo que posibilita que en el año 1.989 la Consejería de Agricultura del Principado realice un proyecto técnico, para dotar al pueblo de un alumbrado público acorde con los tiempos, llevandose a cabo las obras un año despues.

Durante el año 1.997 se aprobaron por parte del ayuntamiento de Cangas, en colaboración con la Dirección General de Agricultura, los proyectos para llevar a cabo la reelectrificación rural del concejo, para lo cual y atendiendo a factores de población, grado de deterioro de la red ya existente, frecuencias en la falta de suministro y riesgo de accidente, se desarrollaron distintas fases, que agrupaban varios núcleos de población, colocando torretas y mejorando los servicios.

Moal se incluyó en una primera fase, que se llevó a efecto en 1.997, junto con todos los pueblos de la cuenca alta del Narcea. No obstante la reelictrificación en el casco urbano de Moal no se realizó hasta el año 1.999.

jueves, 27 de diciembre de 2007

S.A.R. el Principe de Asturias

En el mes de junio del año 2002 el Principe de Asturias, D. Felipe de Borbón realizó un acto en Tablizas de Muniellos, con motivo de la entrega a Muniellos, Redes y Somiedo del galardón que convirtió a estos Parques Naturales en Reservas Mundiales de la Biosfera.
El Principe llegó en helicóptero al prado de Casín de Panzaleichas y desde allí se trasladó en coche hasta Tablizas, donde tras el acto oficial, efectuó un pequeño recorrido por proximidades de la casa del guarda y posteriormente compartió comida con todas las personas invitadas, entre las que se encontraban numeroros vecinos de Moal, puesto que se contaba con la asistencia de dos personas por casa.
Ni que decir tiene que la visita tuvo repercusión tanto a nivel regional como nacional.

En el transcurso del acto, el Principe se dirigió a los presentes para leer un discurso en el que resaltó la belleza del entorno y la necesidad de su conservación. A continuación se reflejan sus palabras:


Muniellos símbolo del concejo y prosperidadD. FELIPE DE BORBÓN

Al venir hoy a Muniellos y apreciar su belleza natural y la armonía que reina a su alrededor, al escuchar todo lo que se ha dicho en este importante acto, no me resisto a decir y admitir que la relación del hombre con la naturaleza ha mejorado sensiblemente en tiempos recientes. Y debemos felicitarnos de que España, Asturias y todos los municipios del entorno de los tres parques tengan una participación importante en este proceso. En ocasiones, como la que hoy nos reúne, debemos, sin embargo, seguir insistiendo en que la preocupación por la conservación y la utilización adecua­da de los recursos naturales es una cuestión de interés preferente y una responsabilidad colectiva que todos hemos de asumir con convicción y no esporádica o superficialmente.

El cuidado del patrimonio natural es signo de civilización. Como bien saben quienes me escuchan, nuestra relación óptima con la naturaleza no consiste en esquilmarla, sino en saber aprovecharla, en actuar sobre ella incluso con gratitud, como se hacía en casi todas las culturas ancestrales, porque la naturaleza sostiene nuestras vidas. El ingenio humano se ha ido procurando, a lo largo de los siglos, los medios y técnicas necesarios para conseguir una explotación de la tierra racional, y por lo mismo más rentable, pero que necesariamente debe ser sostenible. Precisamente, porque es una actividad inteligente la conservación de la biosfera debe realizarse por el hombre y con el hombre. Los espacios protegidos no son museos muertos, imágenes congeladas para el disfrute de unos pocos, sino células vivas, promesas de desarrollo y de una mayor calidad existencial de sus habitantes. Así lo entendió la UNESCO cuando al crear en 1971 el programa «Hombre y Biosfera» tuvo el acierto de incluir la participación de las poblaciones humanas residentes en las áreas directamente afectadas en sus programas y proyectos de conservación.

En ese marco nacieron las reservas de la Biosfera y la idea de agruparlas en una red mundial.

España, desde el primer momento, se integró en ese programa y ha realizado importantes aportaciones del mismo. Por ejemplo, fue en Sevilla donde se establecieron, en 1995, las diez directrices en que actualmente se basa. Cinco años después, ratificó en Pamplona esta apuesta, que se complementa con la coordinación de la red Ibero-MAB. Hoy nuestro país cuenta con veinte de las más de cuatrocientas reservas que integran la red mundial.

Hace apenas ocho meses, el 26 de octubre pasado, entregábamos en Oviedo el premio «Príncipe de Asturias» de la Concordia 2001 a la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Un galardón que reconoce méritos que hoy también son vuestros y en el que os acompañan miles de anónimos ciudadanos del mundo, que participan de este mismo afán.

Me alegro de venir hoy a entregaros personalmente, en este privilegiado entorno forestal, las certificaciones de que tres lugares de nuestra Asturias humana y natural, la reserva natural integrada de Muniellos y los parques naturales de Somiedo y Redes, se han incorporado a la Red Mundial auspiciada por la UNESCO. Lo considero un verdadero honor y me emociona tener la oportunidad de com­partir con vosotros este éxito y esta apuesta sólida por la conservación y el desarrollo sostenible, y os felicito muy cordialmente por haber alcanza­do, por vuestros méritos, esta alta distinción universal. Asturias, aun­que incorporada recientemente a la red, ha entrado en ella con fuerza y firmeza. A finales del año 2000 Muniellos y Somiedo pusieron a nuestra tierra en el mapa mundial de la conservación y el pasado 2001 se reafirmó este impulso con la incorporación de Redes.

Estos tres hitos no son un hecho casual. Durante miles de años la presencia humana en el solar de nuestro Principado ha sabido modelar su territorio, explotando de manera ordenada y sostenible sus recursos naturales, de modo que Asturias constituye lo que tan acertadamente ha definido su eslogan de paraíso natural. Vuestra firme voluntad, el concienzudo trabajo de los equipos que confeccionaron las candidaturas y la promoción decidida y la presentación de las mismas por el Gobierno regional hicieron el resto. Por tanto, vuestro orgullo, que lo es también de todos los asturianos, está más que justificado. Muniellos, que alberga en su seno el primitivo bosque astur y es el símbolo de toda una comarca que se esfuerza en lograr un próspero futuro para sus habitantes; Somiedo, donde la voluntad de los somedanos ha rescatado del olvido a uno de los más ocultos concejos asturianos y que cuenta con una ya larga trayectoria de gestión ambiental como par­que natural; y Redes, la más joven de las reservas españolas, ejemplo de la milenaria solidaridad astur, pues de sus añosos bosques y elevadas montañas fluye el agua que apaga la sed de cientos de miles de asturianos, son símbolos de un compromiso que, gracias a vosotros, crece cada día. El del mantenimiento de nuestro entorno y de nuestras tradiciones en pleno siglo XXI, y conforme a las circunstancias y exigencias de este tiempo: como estímulos de una convivencia mejor, de un progreso continuo y sostenido y de un futuro más amplio. Hoy Asturias se mira en vosotros. Estoy seguro de que le corres­ponderéis manteniendo y acrecentando con tesón y con orgullo el espíritu con el que habéis logrado un reconocimiento que todos festejamos y compartimos.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

La Enseñanza

Como todo el mundo comprenderá la enseñanza en el mundo rural y máxime si se trata de un lugar apartado de las principales vías de comunicación como era Moal, no llega hasta el siglo XIX. Es durante este siglo cuando los vecinos del pueblo que tenían hijos en edad adolescente se juntaban para contratar un maestro, venido de las comarcas leonesas de Babia y Omaña y que impartía clases durante 3 o 4 meses, coincidiendo con el invierno, para enseñar a leer y escribir, así como las cuatro reglas. El salario era pagado por los padres que mandaban hijos a la escuela y en función del número de hijos que fuesen de cada familia. Las clases se daban cada semana en una casa distinta, impartiéndose las mismas en las salas o en los lugares mayores y más disponibles de cada casa.

La llegada de la II República propició la primera escuela pública del pueblo, al habilitarse una sala en la casa de Pepe Juaco para las clases. El maestro disponía como vivienda de la actual casa de Pepe Casín, que se encontraba al lado de la escuela.
Escolares de Moal en 1960
La dictadura de Franco continuó con el mismo sistema de enseñanza y en el mismo lugar, hasta que en 1.960 el Estado decidió construir una escuela pública con mejores prestaciones, dejando al mismo tiempo de pagar dos alquileres.

La actual escuela se construyó gracias a la ayuda de los vecinos y en especial de Abel, que por aquel entonces era el vistor del pueblo y que a base de tesón y persistencia reclamaba la presencia de los vecinos para que con burros y mulos pudieran subir los materiales necesarios desde la carretera, donde eran dejados por el camión, para la construcción de la escuela.

Escolares en 1.961

La gran natalidad que se produce en la década de 1970 con el auge de las minas hizo que la escuela se quedase pequeña para albergar a tantos estudiantes. Para paliar dicha situación y tras varias gestiones ante la Consejería de Educación del Principado, se consiguió que en el curso 79-80 se habilitara un parvulario que solucionó los problemas de capacidad de la escuela. Dicho parvulario se instaló en la casa vieja de Campo, en la solana que se encuentra frente a la panera.

En el mes de septiembre de 1.983 entró en funcionamiento el Colegio Público de Vega de Rengos, que fue pensado como una miniconcentración, al tener 8 unidades de E.G.B., repartidas una por curso, más un parvulario. El curso dio comienzo con la asistencia de 261 alumnos procedentes de la cuenca alta del Narcea, a partir de Larna, y su apertura conllevó que en el curso siguiente el parvulario de casa Campo se cerrase.


En la actualidad, curso 07-08, la escuela de Moal sigue abierta y a ella acuden 5 alumnos.

Su porvenir no parece muy halagüeño puesto que la natalidad en la actualidad es prácticamente nula.

martes, 25 de diciembre de 2007

El monte de Moal

Los términos del monte de Moal se dividen en 64 heminas, varas o porciones; lo que actualmente serían 500 hectáreas. Durante los siglos XVII y XVIII era en su mayoría propiedad del Conde de Toreno. Que cómo el Conde de Toreno se hizo con su propiedad es una incógnita, pero es de suponer que dado su dominio sobre infinidad de propiedades en toda la comarca suroccidental asturiana y norte de León su influencia por aquellos años podía conseguir cualquier cosa.

En el siglo XIX los vecinos del pueblo compraron una parte del mismo, pero los Condes siguieron conservando 29 varas y octava parte de otra.

Los Condes de Toreno cobraban desde "tiempo inmemorial" rentas anuales en manteca a los vecinos de Moal, así como a la gente de los pueblos limítrofes: Posada de Rengos, San Martino; Cruces y La Viliella, por un total de 129 libras (69 kgs). Sobre el año 1.752 Moal pagaba 49 libras de manteca y además pagaba los años "que había bellotas en el monte, un real por cada lechón que de los lugares de fuera parte entrasen a comerlas, que por los propios nada pagan". Asimismo estos frutos se recolectaban y se llevaban a Cangas para alimentar los cerdos que el Conde criaba en su casa.

Por lo que se ve eran años de auténtica subsistencia, en los que los cerdos se llevaban a las zonas del monte donde había castañas y bellotas de roble para que se pudieran alimentar, pero para desgracia de las familias tenían que pagar al Conde, por ser el propietario de casi la mitad del mismo, para que los "gochos" pudieran entrar en el monte para comer.

A Comienzos del siglo XX los vecinos del pueblo compran todo el monte al Conde asignándole a cada propietario un número determinado de varas, en función del dinero que hubiesen aportado para su compra, sin embargo, no todas las casas poseían las mismas porciones en el monte, e incluso existían casas que no tenían parte en él, pues las casas nuevas sólo podían adquirir sus derechos a través de la compra o herencia de alguna porción.

La figura legal que se le asigna al monte una vez comprado es la de Pro-indiviso, con lo cual para poder vender su madera o el propio monte a un tercero es necesaria la conformidad de todos los propietarios.

Pradería y bosque de Moal

La unión de los vecinos tampoco fue total durante el siglo XX, al vender algunos propietarios porciones pequeñas de monte a vecinos de otros pueblos con lo cual la capacidad de tomar decisiones a la hora de vender madera, caza, pastoreo, etc. se resintió.

Actualmente el monte de Moal tiene una gran riqueza maderera, especialmente de robles y hayas. Al mismo tiempo numerosas especies animales lo habitan, como el emblemático oso pardo, el urogallo, el corzo o el jabalí, que ha proliferado en los últimos años tanto que ha sido necesario colocar un cableado de tensión en toda la zona del valle para evitar que haga sus incursiones a los prados y tierras de labor. Por otro lado, el turismo se ha convertido en un incipiente recurso y numerosas rutas han sido señalizadas, circundando todo su perímetro, máxime cuando se trata de un balcón excepcional sobre Muniellos y en éste el acceso se encuentra restringido a 20 personas diarias.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Moal y Muniellos

La relación entre Moal y Muniellos ha sido algo inevitable durante el transcurso del tiempo, toda vez que la principal entrada al bosque y al único valle que existe en el mismo (Tablizas) se realiza necesariamente a través de Moal. Por eso, mi primera aportación va destinada a explicar un poco dicha relación, y para ello he tomado varias anotaciones que Juaco Lopez Alvarez, Cangués y director del Museo Etnográfico del Pueblo de Asturias en Gijón hace en el libro "La explotación de madera en el monte de Muniellos".

Ni que decir tiene que Muniellos es el mayor robledal de España y que pese a su caracter indomable, del cual se llegó a decir que nunca el ser humano lo había recorrido por completo, fue un bosque transitado y poseído, y la prueba reside en que cada pico, arroyo o braña que podemos encontrar en su interior tiene un nombre, es decir fue bautizado por el hombre.

Muniellos-Pico del Connio
Existen dos versiones sobre los primeros propietarios del monte: por un lado hay quien afirma que su primer dueño fue el Conde de Toreno, dueño y señor de todos los montes de la cuenca alta del Narcea, entre los que se incluían los de Muniellos y Moal, y quien apoya la tesis, para algunos más verosimil, de que el monte de Muniellos era propiedad de los vecinos de Moal en su uso y aprovechamiento, si bien a mediados del siglo XVIII al sufrir una gran revalorización la madera, debido al aumento considerable de su precio por la gran demanda de barcos que en ese momento había en España, los Condes de Toreno lo habían usurpado tras sufrir los vecinos numerosas presiones.

En el año 1.766 se iniciaron las obras para abrir la carretera real de Cangas a Muniellos, y en 1.768 comenzaron en Muniellos y montes colindantes las cortas de madera ordenadas por el Rey Fernando VI, con el fin de construir barcos y nutrir con élla al arsenal de El Ferrol.

La explotación de la madera no la realizaba directamente la Marina, sino que eran varios contratistas quienes gestionaban su acopio para los arsenales.

En el año 1.772 ante la apertura de la carretera de Cangas a Muniellos, lo que conllevó grandes movimientos de gentes y carros, el Conde de Toreno construyó una venta en la confluencia de los ríos Narcea y Muniellos que se denominó Venta de Puente Fondera o Venta Nueva, como se le conoce actualmente.

Una prueba de lo dificil que por aquella época era abrir caminos lo demuestra el hecho de que desde el principio de la cuesta de la Infiesta hasta el puente de Tablizas, cuya longitud es de 1.668 metros, se utilizaron 1.200 robles y hayas para su apertura.

En 1.775 varias personas de Moal ya trabajaban en Muniellos como carreteros, hecho que se demuestra porque realizaron una representación (huelga), quejándose del retraso de los jornales, pues durante los cinco años que duró el asiento de García Quiñones sólo habían recibido "unos doce pagamentos, poco más o menos", cuando el asentista se había comprometido a pagarles cada quince días. No obstante, los carreteros por aquellós años procedían en su mayoría de La Montaña (Cantabria), por dos razones fundamentales: la primera por la queja de los vecinos de Moal y pueblos limítrofes que estaban obligados a transportar la madera con sus carros y bueyes desde Muniellos hasta Cangas, pues aunque cobraban una pequeña cantidad de dinero, el trabajo se consideraba un "servicio al Rey" y por lo tanto era de obligado cumplimiento, lo que provocaba el descontento de los propietarios rentistas al ver como sus colonos desatendían las labores agrícolas. La segunda razón era debida a la inexperiencia de los lugareños en el transporte de piezas grandes y pesadas de madera.

En dicho año de 1.775, los vecinos de Moal también enviaron una denuncia contra el citado García Quiñones por la tala abusiva que había realizado durante su asiento, incluso de "árboles nuevos y pimpollos tiernos, que ahora derribados en la primavera de su juventud sólo sirven a compadecer la vista". Entre los años 1.772 y 73 en los montes de Reiduz y Vachina Chonga se cortaron 1.600 robles, de los que se sacaron 3.600 codos útiles.

Desde finales de siglo XIX y hasta los años treinta del siglo XX, la solución a los problemas de las comunicaciones se centraron en la construcción de un tranvia de vapor que enlazaba Muniellos con San Esteban de Pravia. En 1.894 se realizaron los trabajos de campo y de gabinete para su construcción y en el mes de octubre se presenta el proyecto al ministerio de Fomento, uniéndose los intereses de la propiedad del monte (Condes de Toreno) con la de los empresarios (Sociedad Minero-Forestal Ferroviaria). La concesión se obtiene el 22 de noviembre de 1.896 y en mayo de 1.897 se inicia su construcción, con una gran fiesta, en San Esteban de Pravia.

El 10 de mayo de 1.898 se suspendía la construcción del ferrocarril al dar quiebra la sociedad franco-belga que en esos momentos explotaba Muniellos.

El 25 de marzo de 1.902 la "Sociedad General de Explotaciones Forestales y Mineras Bosna-Asturiana" compra el monte de Muniellos y prosigue con la construcción del ferrocarril de vía estrecha entre Muniellos y Cornellana, al ser cedida la concesión de Cornellana a San Esteban de Pravia a la Sociedad Vasco Asturiana, que en 1.903 estaba concluyendo las obras del ferrocarril de Ujo a San Esteban.

Entre el año 1.901 y 02 la misma empresa Bosna-Asturiana compró los árboles de los terrenos bravos que le correspondían al Conde de Toreno en los términos de Moal.

La nueva empresa construyó en Tablizas entre 1.903-04 una fábrica de aserrar formada por tres naves, una cubierta de pizarra y las otras dos con cartón embreado. En la nave cubierta de losa había "un escritorio, una dinamo y demás maquinaria para la producción de luz eléctrica, las fraguas y las sierras circulares, alternativas, de cinta, horizontales, tronzadoras y las correspondientes máquinas de afilar". En la nave central estaba el depósito de maderas labradas y un almacén, y en la 3ª había un secadero "al que suministraba el vapor una Routir y otras máquinas instaladas en el tendejón". Además se construyó una magnífica casa de estilo alpino en la que vivían el director técnico y el representante de la sociedad en Cangas, y que actualmente sirve como centro de recepción de los visitantes que pretenden hacer las distintas rutas señalizadas que hay por el interior del monte.

Por aquella época, si bien continuaban trabajando los arrieros, la sociedad ya compró dos camiones de vapor que arrastraban tres remolques cada uno.

Un incendio en 1.908 destruyó la serrería en su totalidad y un número enorme de metros cúbicos de madera, no siendo capaz la sociedad de afrontar la construcción del tranvia de vapor, agravándose en años sucesivos los problemas económicos hasta el punto de tener que hipotecar el monte en garantía de varios prestamos. La sociedad se disolvió en 1.932, pasando todos sus bienes y derechos a manos de los hermanos Velasco Herrero.

Cacería en Muniellos con la familia Herrero (1933)
En 1.952 se constituyó en Madrid la empresa Muniellos S.A., en la que se integran los hermanos Velasco Herrero, que aportaban el monte, los hermanos Joaquín y Marcelino Rodríguez Suarez, Manuel Rodríguez Ramos y José Gómez del Collado. El capital social era de 28 millones de pesetas, que habían sido aportados mayoritariamente por Joaquín y Manuel, que se habían enriquecido en Cuba.

Gerentes con obreros en 1.949

En esta época se abren varias pistas y se utilizan camiones y carrocetas con motor de gasolina, con lo que el monte se explotará con más intensidad que nunca. La gran mayoría de los vecinos de Moal trabajan en Muniellos ganándose el jornal.

Muniellos S.A. construyó en Tablizas un aserradero con nueve máquinas y una central hidroeléctrica. En la sierra llegaron a trabajar en los primeros años entre 25 y 30 personas divididas en dos turnos de once horas cada uno. Las talas corrían a cargo de contratistas que traían leñadores vascos y santanderinos que cobraban por metro cúbico entregado en la sierra.
Durante muchos años la guardería del monte estuvo en manos de vecinos de Moal: Baragaño, Pasarón y Cadenas en una primera etapa y posteriormente Farruco.

Casín, Cadenas y Baragaño en 1950

Las talas fueron tan abusivas que en 1.964 el Patrimonio Forestal de Estado propuso un plan de repoblación para cambiar de especies, plantándose varias manchas de pino silvestre y gallego, que hoy en día todavía son visibles.

En 1.973 el ICONA compra el monte y termina su explotación forestal. Con la llegada de la democracia, la titularidad pasa a manos del Principado que lo mantiene en todo momento bajo alguna figura de protección legal.

En 1.982 Muniellos es declarado Reserva Biológica Nacional, y en el año 2002 la UNESCO lo declara Reserva Mundial de la Biosfera.

martes, 18 de diciembre de 2007

Presentación

Nace este blog con el proposito de dar a conocer un poco mi pueblo: MOAL. Un pueblo perdido entre las montañas de Asturias, allá casi en la frontera con Lugo y León, donde la Cordillera Cantábrica empieza a tomar cuerpo en su parte occidental.

Su ubicación en la entrada a la Reserva Mundial de la Biosfera de Muniellos, ha hecho que lo haya bautizado como MOAL "Puerta de Muniellos", puesto que es la puerta principal de acceso a la Reserva, pero también es una gran ventana, gracias a los montes que lo circundan, que se han convertido en unos excepcionales miradores para disfrutar en todo su explendor de Muniellos.


Muniellos desde La Baragaña

En el blog espero que vayan surgiendo los pequeños quehaceres del pueblo, los pequeños logros y fracasos conseguidos en épocas no muy lejanas, pero que por desgracia, en esta zona llegaron un poco más tarde que en otros lugares de España: la electrificación, la traída de aguas, el teléfono, la llegada de la televisión, el juego de los bolos, la carretera...etc., y por supuesto, el futuro, que por cierto se antoja un poco negro.

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